Esta científica es especialmente conocida por sus descubrimientos sobre la recombinación genética y la restricción del ADN.
Grete Kellenberger fue una destacada investigadora nacida el 12 de noviembre de 1919 en una aldea llamada Rümlang, próxima a Zúrich. En las décadas de 1950 y 1960 contribuyó significativamente a que la Universidad de Ginebra fuera una de las primeras en Europa en desarrollar programas de investigación en el nuevo campo de la biología molecular.
Su historia es importante desde el punto de vista científico, poniendo en perspectiva características de la comunidad científica desde antes de que la investigación sobre biología molecular comenzara a dar sus frutos.
Grete llevó a cabo innovadoras investigaciones genéticas durante dos períodos: durante su matrimonio con Eduard, entre 1948 y 1965, y después de su divorcio, entre 1971 y 1980.
Durante los primeros años de investigación, ella y su marido se centraron en fotografiar muestras biológicas de muchos tipos, incluidas células bacterianas y nucleoides. Así Grete se convirtió en coautora de varias publicaciones resultantes.
En 1948, el mencionado director del Instituto Jean Weigle optó por retirarse de la Universidad de Ginebra para trasladarse al Instituto de Tecnología de California y trabajar en el laboratorio del prestigioso físico Max Delbrück, decisión que influyó profundamente en la investigación de Eduard y Grete Kellenberger, además de en otros científicos suizos. Fue entonces cuando la pareja comenzó a indagar utilizando el microscopio electrónico. Por esta senda emprendieron un nuevo proyecto de investigación: el análisis de la genética de los bacteriófagos, especialmente del fago λ, recientemente descubierto por Esther Lederberg. El descubrimiento y caracterización de este fago tuvo un protagonismo muy significativo en la gestación de la biología molecular.
En 1971, regresó finalmente a Ginebra y trabajó en el laboratorio de Lucien Caro en el Departamento de Biología Molecular hasta su jubilación en 1980. Durante esta etapa de su vida, trabajó con Douglas Berg, con quien compartió un interés en el análisis genético de bacteriófagos y plásmidos.
A Kellenberger le debemos los avances en los estudios sobre la restricción de ADN. Los fragmentos podían soldarse aunque fueran de distinto origen. Este fenómeno se llama recombinación genética y es el resultado de un intercambio físico de material hereditario. La molécula originada se denomina ADN recombinante.
En 1979, la Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra otorgó a Grete Kellenberger-Gujer el Premio Internacional Nessim-Habif. El retrato de Grete está colgado desde 2010 en la sala de seminarios del Departamento de Biología Molecular de la Universidad, frente al retrato de Werner Arber.
Grete Kellenberger falleció en el año 2011, alcanzando cierta popularidad tan solo al final de su vida académica.
Fuente: Mujeres con Ciencia