En la capital de Islandia, Reikiavik, los drones reparten comida a domicilio a través de 13 rutas diferentes.
Entre las aplicaciones de los drones, una de las que más llama la atención es la logística. El reparto de paquetes, especialmente en terreno urbano, ilumina el imaginario colectivo al hablar de las posibilidades de estas aeronaves. Parece cosa del futuro, pero lo cierto es que en algunos lugares esto ya se ha materializado.
Islandia es un caso especialmente puntero. En su capital, Reikiavik, se ha puesto en marcha un sistema de entrega de comida a domicilio por aire. Los drones reparten pedidos a lo largo de media ciudad, gracias a una colaboración entre la empresa Flytrex y la cadena de restaurantes Aha.is. La primera es una startup israelí que lleva tiempo haciendo pruebas para hacer entregas con estos dispositivos voladores. La segunda es el mayor proveedor de comida a domicilio de la isla.
El pasado año ambos actores comenzaron las pruebas para llevar comida a domicilio por el aire. Las autoridades islandesas han visto el proyecto con buenos ojos, y en junio aprobaron una extensión del servicio. Hasta la fecha solo había una ruta que las aeronaves hacían en Reikiavik. A partir de este verano han sido 13 rutas distintas.
Los drones reparten hamburguesas, sushi o cerveza, según los pedidos que reciban los locales. Los responsables del proyecto afirman que el tiempo en algunos trayectos puede pasar de 25 minutos a solo cuatro. Vuelan a unos 50 km/h.
Reikiavik no es el único caso donde se ha aprobado el reparto con drones. En la provincia china de Jiangxi, al norte de Cantón, se ha concedido una licencia para hacer entregas de paquetes con estas aeronaves no tripuladas. Si bien la distribución de mercancías con drones comenzó por las medicinas, ahora los usos se multiplican.
Cómo hacer los repartos en ciudad
Existen algunos interrogantes al respecto de cómo puede entregar sus paquetes un dron. ¿Lugares específicos en los edificios para que el dron suelte su carga o alertas en el móvil cuando se acerque el momento de la entrega para que el destinatario esté pendiente? Todas estas soluciones suenan rocambolescas y son susceptibles de fallar con frecuencia. Lo cierto es que la recogida del paquete es una cuestión compleja.
Por eso en Islandia han ideado un sistema que contempla un punto de partida y otro de destino, ambos fijos. La comida encargada se llevará a este punto, desde donde los drones la transportarán al lugar de aterrizaje. Allí unos trabajadores la recogen y la entregan en al cliente en su domicilio.
Otro problema tiene que ver con la eficiencia. El objetivo de emplear drones para el reparto es maximizar la eficiencia del mismo. Pero esto no se puede hacer si cada dispositivo sale del almacén con destino a una casa. Tampoco si de cada restaurante saliera un dron con un destino diferente. Por eso, el sistema diseñado en Reikiavik implica dos puntos comunes, de despegue y aterrizaje, para centralizar toda la actividad de las aeronaves.
En cuanto a los pedidos que provienen de almacenes, como artículos de comercio electrónico, se ha pensado en otras soluciones. Una de las que se contemplan con más simpatía tiene que ver con emplear el transporte terrestre para acercar los drones. Una vez que estos se encuentren en la zona de reparto, la llamada 'última milla' , despegan para entregar los paquetes. Después vuelven a la furgoneta o al camión, que no ha perdido tiempo parando en cada destino.
Imágenes: Tim Wright, Flytrex