La moda y la tecnología se unen y apuestan por una nueva manera de vender productos y complementos, las supermodelos digitales.
¿Qué pensarías si te dijese que el futuro de la moda pertenece a las modelos virtuales? ¿Sabrías distinguir entre realidad y ficción?, ¿entre una imagen digital y una fotografía?
Estas incógnitas nacen a raíz de la reciente noticia protagonizada por la firma francesa Balmain que ha decidido lanzar y promocionar su nueva colección de ropa a través de modelos creadas por ordenador.
La página oficial lo ha descrito así: «Cualquiera es bienvenido a unirse al ejercito de Balmain; solo necesitan compartir nuestro audaz espíritu aventurero, como nuestros nuevos íconos virtuales: Margot, Shudu y Zhi. Ellas reflejan belleza y seguridad».
Olivier Rousteing, director creativo de Balmain, insiste en que al ponerse a trabajar en el proyecto quisieron asegurarse de que “la diversidad jugaba un papel importante en el futuro”. Pero viendo las tallas de sus modelos, cuesta creer que esos fuera realmente su leitmotiv.
Pasarelas e influencers virtuales
El Instituto Nacional Japonés de Ciencia Industrial Avanzada y Tecnología desarrolló en 2009 lo que se conoce como el modelo HRP-4C, un robot destinado a las pasarelas. Este dispone de 30 motores en su interior y es capaz de mover sus extremidades y realizar expresiones faciales. Está basado en la tecnología User Centered Robot Open Architecture que emplea sistemas Linux en tiempo real, RT middleware, y reconocimiento de habla.
Hace dos años, Abrahamsson se convirtió en la firma ganadora de la sexta edición de Samsung EGO Innovation. La marca colaboró con la artista digital Claudia Maté, quien diseñó avatares 3D de la modelo Aaliyah Rosales, así como con Paraddax Lab, especialistas audiovisuales que han creado hologramas para presentar lo que sería un desfile innovador y muy sorprendente.
Por otro lado, tenemos la tendencia de los influencers y avatares digitales. Quizás el caso más sonado sea el de 2016 con Lil Miquela. Este perfil engañó a cientos de seguidores, hasta que finalmente se descubrió que era un robot tras ser hackeada.
Actualmente, Miquela ya cuenta con más de un millón de seguidores, su piel parece estar pulida y retocado por Photoshop, el movimiento de su pelo carece de expresividad y su belleza es totalmente digital. Pero a pesar de ello, la gente conecta con ella y entre sus mayores hitos destacan colaboraciones con marcas como Prada (Colección otoño/invierno ’18), Chanel y dos singles en Spotify.
https://www.instagram.com/p/BiF6enKFxtP/?utmsource=igwebcopylink
Sin embargo, su actitud tras descubrirse su identidad digital sigue perturbando al mundo entero. ¿Se trata todo de una sátira? ¿una crítica al más puro estilo Black Mirror? La «falsa» influencers declaró en sus redes sociales: «El origen de mi identidad fue una decisión tomada para venderme a las marcas, para parecer consciente de lo que me rodeaba. No se lo perdonaré nunca. No sé si podré perdonarme a mí misma».
Este cambio parece haber permitido a Miquela entender su propia naturaleza, un artificio más para vender y conseguir que empaticemos con ella. ¿Es esta la nueva estrategia del marketing del futuro?
Este renacer, esta evolución de la moda no es más que un escenario ideal para las marcas. Estas obtienen el valor de un influencer sin ningún conflicto de intereses que a menudo surgen cuando se trabaja con celebridades.
Shudu Gram cuenta ya con más de 42 mil seguidores en Instagram, gracias a firmas como Oscar de la Renta o Fenty Beauty.
Para su fabricación en CGI se necesitaban tres días de su creador, el fotógrafo Cameron-James Wilson que realiza el trabajo con un software llamado Daz-3D. Este la ha descrito como una «pieza de arte» y la «primera supermodelo digital del mundo».
Por su parte, OhmniLabs, una compañía de robótica basada en Silicon Valley y Kambria, anunciaron su debut en el London Fashion Week Festival en asociación con House of IKons y el diseñador con sede en Los Ángeles Honee para hacer desfilar a robots por primera vez. Sin embargo, tendremos que esperar hasta el próximo 15 y 16 de septiembre para saber más sobre la colaboración estrecha entre “moda, cultura y tecnología en un equilibrio armonioso” tal y como han reconocido sus organizadores.
Fuentes: Cosmopolitan, La Vanguardia