Es de sobra conocido por todos los avances que se están realizando en el sector de automoción con los coches conectados o en las Industrias, con la incorporación de robots y tecnologías que revolucionarán el concepto que tenemos actualmente. Pero, ¿qué hay detrás? ¿Cuáles son las claves para que estos avances lleguen a materializarse realmente en un futuro?
Preparando la llegada del 5G. Telefónica está trabajando desde hace tiempo para llevar a cabo una transición a 5G en sus redes a través de un proceso gradual y continuo de despliegues. La compañía de telecomunicaciones está realizando numerosas pruebas con las nuevas tecnologías que se sustentarán sobre 5G, así como ensayando diferentes servicios y casos de uso que se habilitarán como, por ejemplo, los coches conectados y las Industrias 4.0.
Esta participación significativa en la investigación de 5G permite que se pueda profundizar en tecnologías potencialmente disruptivas, lo que podrá abrir la puerta a nuevos mercados verticales atractivos.
Es esencial preparar las redes, desde el punto de vista tecnológico y operativo, para cuando la tecnología 5G se introduzca en nuestra vida cotidiana y en todo lo que la rodea.
¿A qué necesidades se enfrentan en Telefónica?
- Alta velocidad de conexión: Bandas de frecuencia milimétricas
Es esencial hacer frente a un nuevo escenario en el que será necesario disponer de una alta velocidad de conexión con mayor calidad y fiabilidad. Para poder ofrecer nuevos servicios como banda ancha de hogar inalámbrica, contenidos de vídeo sofisticados y de alta calidad (8k, Video inmersivo 180/360 grados, Realidad Virtual/Realidad Aumentada, hologramas, etc…), coches conectados, procesamiento de imágenes y señales de cámaras en tiempo real, entre otros, se necesitarán velocidades nunca vistas hasta ahora de más de 10Gbps. Para hacernos una idea, en LTE podemos llegar a 1-2 Gbps de velocidad pico dependiendo de la cantidad de espectro que asignemos.
Por otro lado, será imprescindible poder dar servicio de conexión de forma simultánea de múltiples terminales. Será necesario que las estaciones bases sean capaces de ofrecer una gran velocidad a cada terminal conectado evitando los problemas que actualmente se producen en grandes aglomeraciones.
En estos requerimientos de alta velocidad en nuestras redes, cobra relevancia las bandas de frecuencias milimétricas (las más altas – 28GHz/39GHz)) que tienen anchos de banda muy superiores a los actuales pero peores características de propagación, entre ellas menor rango de cobertura y penetración en edificios más reducida. Debido a dichas propiedades de propagación, se requerirá una mayor densidad de red, es decir, un número de estaciones base más elevado.
- Baja latencia: Nueva arquitectura y tecnología radio
Otro reto al que nos tendremos que enfrentar será el reducir la latencia (el tiempo de respuesta de la red) a valores cercanos al milisegundo, imprescindible, por ejemplo, para la asistencia a la conducción (V2X), el control remoto de maquinaria (robótica conectada), la Inteligencia Artificial en el extremo de la red o el reconocimiento facial y de imágenes en tiempo real. Para poder reducir la latencia es necesario crear una nueva arquitectura y una nueva tecnología radio que permita reducir el tiempo de respuesta de la red. La virtualización de red, que permitirá acercar funciones de control de red al extremo (más cerca del cliente) y alojar en dicho extremo de la red ciertas aplicaciones (Edge Computing), es uno de los cambios tecnológicos y de arquitectura más relevantes.
- Alta densidad: una solución más eficiente para conectar millones de objetos
Otro de los retos en la evolución de la red para hacer posible el Internet de las Cosas (todo conectado) es reducir el consumo de energía de los dispositivos para evitar tener que operar sobre ellos frecuentemente, y aumentar la capacidad de la red para conectar un mayor número de sensores (por ejemplo: los necesarios en las ciudades inteligentes) a cada estación base (de miles a cientos de miles). La clave en este caso es la simplificación de los protocolos (NB-IOT, LTE-M principalmente) para reducir la cantidad de señalización (es decir, el intercambio de información del objeto con la red) que es el parámetro principal que regula el consumo. Esta reducción en la señalización permitirá, por otro lado, centralizar las funciones de control con la consiguiente eficiencia.
En la actualidad estamos probando las nuevas tecnologías radio (5G NR) en diferentes bandas, principalmente banda C (3,5 GHz) y milimétricas, así como las nuevas arquitecturas de red, que implican la necesidad de virtualizar la red, convirtiéndola en una plataforma software que se pueda programar, proporcionando nuevas capacidades de red que permitan ofrecer servicios como el Network Slicing (despliegue de una red lógica dedicada a un servicio, un sector o un cliente determinado), Egde Computing (capacidad de instalar aplicaciones en el extremo de la red, cercanas al cliente) o Network as a Service (capacidad de ofrecer a terceros capacidades de red en modo mayorista).