Un grupo de investigadores estadounidenses han descubierto en la costa de Florida cómo el coral crece más rápido de lo habitual. Lo que abriría la puerta a una nueva esperanza para recuperarlo.
El coral es un animal marino que vive adherido a las rocas del océano. Un rara avis dentro del reino animal, dado que su movimiento es nulo en su campo de acción en el mar.
Este animal colonial suele agruparse en arrecifes como la extensa Barrera de Coral Australiana, que se extiende a través de 2.600 kilómetros por el noreste del país oceánico.
Se alimenta principalmente de plancton y pequeños peces gracias a sus células urticantes, y si se encuentran en buen estado suelen tener colores vivos.
Pero los días en los que el coral vivía a cuerpo de rey en el mar y en el océano están llegando a su fin.
Cada vez son más los avistamientos de corales blanquecinos, es decir, sin vida. La temperatura de los mares afecta de manera muy significante a estos animales que mueren debido al calentamiento de las aguas. Esto, sumado al ritmo lento de crecimiento de los mismos está poniendo en peligro a estos habitantes marinos de tan peculiar estética.
La esperanza de los científicos marinos
Como hemos dicho, la actualidad coralina no pasa por sus mejores momentos, pero desde Estados Unidos han llegado noticias positivas para ellos.
El biólogo marino Joey Mandera y su equipo de Mote Marine han descubierto una particularidad en las aguas cercanas a Cayo Hueso al sur de Miami.
«Al igual que los imanes, los corales crecen uno frente a otro y luego se unifican. Pero nadie sabía que eso sucedía hasta que algunos fragmentos de corales cortados cayeron al fondo de un tanque», afirmó Mandera a los medios locales.
La investigación, que lleva varios años en curso, se expuso recientemente a los medios de comunicación. Porque los corales, pasados dos años, comenzaron a crecer de nuevo más rápido, sanos y saludables. El equipo de Mandera se ha mostrado positivo frente al descubrimiento pero se ha mantenido cauto de cara a próximos hallazgos.