KORDO, la tecnología para solucionar el registro de jornada (apoyada en Latch)

Las empresas se enfrentan aquí a un doble reto: por un lado, ¿qué tecnologías o dispositivos pueden utilizar para capturar la información del registro? Por otro, ¿dónde almacenar esos registros para que no puedan ser manipulables, ni modificables a posteriori, y evitar así fraudes, abusos o simples incorrecciones?

Desde el pasado 12 de mayo, las empresas deben registrar diariamente la jornada de sus trabajadores, tras la aprobación por el Gobierno del Real Decreto-ley de medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral.

El tipo de sistema de registro resulta de libre elección para la empresa. Solamente se exige que garantice la fiabilidad e invariabilidad de los datos, y refleje, como mínimo, cada día, la hora de inicio y de finalización de la jornada.

Muchas empresas, sobre todo las grandes y medianas, ya cuentan con un registro horario. Usan un fichador que puede registrar la información mediante biometría de huella digital, tarjetas NFC individuales que se aproximan a la máquina fichadora o tarjetas de papel que se introducen en un fichador para su marcaje.

Los tele-trabajadores pueden fichar con una sencilla llamada telefónica o registrando la jornada a través de una plataforma web. En cuanto al almacenamiento del registro, éste puede hacerse en cualquier medio escrito o digital, siempre que se garantice la trazabilidad y rastreo fidedigno e invariable de la jornada diaria una vez registrada.

El problema del papel es que puede destruirse, perderse o deteriorarse con mucha facilidad. Mientras que, con los instrumentos digitales al uso, como hojas de Excel o bases de datos, resulta muy difícil cumplir los requisitos de proporcionar información fiable, inmodificable y no manipulable a posteriori.

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Y en este escenario, en ElevenPaths han creado una aplicación de registro de jornada basada en una tecnología criptográficamente segura de almacenamiento de los registros, para que se puedan resolver todas estas dificultades. El sistema funciona como una capa intermedia entre la captura y el almacenamiento de los registros de jornada, llamada KORDO.

Por ejemplo, Luis entra por la mañana en la empresa abriendo el torno de la puerta con su tarjeta de empleado. El sistema recibe los datos de este registro: el identificador del empleado, el día y la hora, y si se trata de entrada o salida.

Toda esta información se almacena en una base de datos convencional. Y para añadir la característica de inmutabilidad además, se guarda un resumen criptográfico de toda ella en un sistema de cadena de bloques. Estas cadenas actúan como un libro de contabilidad distribuido y abierto al que solo se puede agregar información, pero no borrarla ni modificarla. La información agregada a la cadena de bloques es pseudoanónima, ya que no revela ninguna información sobre las identidades de los empleados, pero, en caso necesario, puede cotejarse con la información de la base de datos para recuperar el histórico de un empleado.

La información de la cadena no se encuentra almacenada en un único servidor de la empresa, sino distribuida en una multitud de nodos al estilo de las redes P2P. Cualquier entidad puede formar parte de esta red y mantener su propio nodo: la empresa, los sindicatos, incluso los propios empleados. Todos ellos mantienen copias de la cadena de bloques y pueden verificar en cualquier momento la validez de los datos almacenados en ella. La cadena de bloques puede ser propia, o compartida y externalizada, sin perder por ello ninguna funcionalidad. Pensando especialmente en las dificultades de las pymes para aplicar el registro de jornada, hemos combinado nuestro sistema de registro de jornada con Latch.

Por ejemplo, cuando empieces a trabajar, no tienes más que «quitar el pestillo» con tu móvil o smartwatch y podrás volver a usar todos tus servicios online. A la vez, este sencillo gesto quedará registrado como tu hora de inicio de jornada.

Cuando sales del trabajo, puedes desconectar tus servicios digitales corporativos porque ya no los utilizarás hasta el día siguiente. Es tan sencillo como «echar el pestillo», acción que quedará reflejada en el sistema como tu hora de finalización de la jornada.

Gracias a Latch, siempre que tu pestillo esté quitado, se computará como tiempo de trabajo. De hecho, con el pestillo echado no podrás acceder a los servicios de tu empresa. Por tanto, Latch no sólo te permitirá registrar las horas que trabajas, sino que además garantizará que en tu tiempo libre disfrutes de la desconexión digital en un mundo conectado.

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