Los nuevos chips de IA de Tesla han empezado a llegar a los propietarios de los Model S. Así son estos nuevos procesadores.
Hasta hace unos meses Tesla apostaba por los procesadores gráficos de NVIDIA en sus coches. Pero en abril se conoció que la compañía trabajaba en sus propios chips de inteligencia artificial. Este desarrollo se encamina al diseño, paso a paso de la conducción autónoma.
Aunque no ha sido hasta ahora que los chips de IA de Tesla se han desplegado en los primeros vehículos. Algunos propietarios, al menos uno de un Model S, han visto como su coche se actualizaba con la nueva tecnología. En su caso, llevó el vehículo por otros motivos y, aprovechando la coyuntura, el fabricante incorporó el nuevo procesador.
Los nuevos chips de IA se enmarcan en el paquete FSD (Full Self-Driving), como Elon Musk lo denominó en su presentación. Este sistema incluye diferentes sensores, de radar, de ultrasonido y una serie de cámaras. Todos estos receptores de datos entregan sus descubrimientos a un cerebro: el chip de IA.
La tarea de estos procesadores de inteligencia artificial es lidiar con la gran masa de información que se recoge constantemente. Los dispositivos están pensados para tratar las imágenes y el vídeo a través de algoritmos diseñados con el objeto de extraer el valor de ellos para la conducción.
La forma de procesar estas imágenes se basa en redes neuronales , la disciplina de la inteligencia artificial capaz de mayor nivel de automatismo. Los coches autónomos tendrán que contar con esta tecnología en el futuro para reducir al máximo el margen de error.
Solo un primer paso
El lanzamiento de estos chips de IA de Tesla es solo el comienzo de los coches autónomos para la marca. Y es que en los últimos años se han dado algunos pasos hacia esta dirección, pero son aún iniciativas tímidas.
La función Autopilot se utiliza en los coches de Tesla desde hace tiempo, eso sí, bajo la necesaria supervisión de los conductores. Esto le ha servido a la compañía para recoger datos sobre el comportamiento de sus vehículos cuando nadie conduce. También ha sido una forma de introducir en los propietarios de un Tesla la costumbre de soltar el volante.
El lanzamiento de los chips de IA va por el mismo camino. Aunque esta vez a un nivel más técnico y menos costumbrista. Sin duda no son un instrumento mágico, que transforme los coches actuales en autónomos. Pero sí que garantiza mayores recursos de computación , de forma que el procesamiento se optimiza.
Así, se consigue por una parte poner a prueba estos chips, para lanzar versiones mejoradas en el futuro. De otro lado, los ensayos en situaciones reales sirven para entrenar la tecnología. Pese a todo, el sistema para hacer realidad los coches autónomos dista de estar completo. Si al hardware aún le queda optimización, al software, aún más. Y Tesla no lanzará nuevo software con estos procesadores.
Imágenes: Tesla
