Margarita Salas, una de las grandes referentes del mundo científico del siglo XX, ha fallecido a los 80 años de edad y deja consigo un legado marcado por grandes hallazgos como el ADN polimerasa.
Una de las mujeres referentes del mundo científico en España y a nivel internacional, Margarita Salas, falleció ayer a los 80 años de edad dejando atrás una figura histórica de nuestra ciencia, tal y como han informado desde el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Margarita Salas, discípula del Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1959, Severo Ochoa, ha sido sin lugar a dudas una de las mayores científicas del siglo XX que ha permitido el avance en el campo de la bioquímica y de la biología molecular, no sin pasar por la discriminación de ser mujer en una época donde el mundo científico era prácticamente para hombres.
Hallazgo de la ADN polimerasa
La reconocida científica nació en Asturias en el año 1938 y tras licenciarse en Ciencias Químicas por la Universidad Complutense de Madrid en 1964 decidió, junto con su marido también científico Eladio Viñuela, emigrar a Estados Unidos ante la falta de financiación para la investigación en España. No resultó nada fácil para Margarita Salas ya que la carrera científica en esa época discriminaba especialmente a las mujeres.
Por ello, decidieron trabajar en el Departamento Científico de la Universidad de Nueva York durante cuatro años, junto con su discípulo Severo Ochoa, y comenzar su tesis doctoral bajo la tutoría de Albert Sols.
«Realmente cuando empecé a hacer la tesis doctoral en bioquímica, a la mujer no se la consideraba apta para la investigación, se consideraba que las mujeres no valíamos para hacer investigación. Pude hacer la tesis doctoral gracias a que Severo Ochoa me recomendó al director de tesis y gracias a eso me aceptó, si no probablemente no me hubiese aceptado. También porque tuve la suerte de que después Severo Ochoa me sugirió que fuese con él a Estados Unidos a hacer una estancia posdoctoral», declaraba Margarita Salas en el año 2015 al medio de comunicación JotDown.
Tras su estancia en Estados Unidos, ella y su marido regresaron a España para fundar el primer grupo de investigación génetica molecular del país en el CSIC donde realizó un importante hallazgo al descubrir la ADN polimerasa del virus bacteriófago phi29. Este descubrimiento resultó esencial para su uso en la biotecnología, medicina forense y oncología ya que es capaz de amplificar el ADN de forma menos compleja y rápida.
Una vida llena de reconocimientos
Actualmente, Margarita Salas todavía continuaba trabajando como investigadora y profesora honorífica en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de la Universidad Autónoma de Madrid y el CSIC. La científica ha sido premiada en múltiples ocasiones y ha obtenido grandes reconocimientos por su trabajo e investigación.
Los principales premios en España han sido el Ramón y Cajal de Investigación Científica en el año 2000, el Premio Nacional de Investigación en el año 2001, el Premio Clara Campor o el Premio Mapfre a toda una vida profesional. El año pasado recibió el Premio Inventor Europeo 2019 por su carrera dedicada a la genética y biología molecular.
Sin duda, nos deja una de las grandes científicas del siglo XX cuyas investigaciones han abierto el camino en el mundo de la ciencia.