En ocasiones, conectamos con nuestra pasión por casualidad o porque alguien nos inicia en ese ámbito de manera inesperada. Este es el caso de Joel Rodríguez, especialista en vela ILCA 7 y regatista olímpico en Tokio 2020.
Este canario, procedente de Las Palmas, comenzó su historia con las regatas cuando tenía 9 años. Esta isla es conocida por su gran tradición de vela. Esto unido a los valores deportivos que los padres de Joel le inculcaron a él y a su hermano, creó el caldo de cultivo perfecto para que este último se iniciase en la vela. Al poco tiempo, Joel siguió sus pasos y lo que en un inicio era un hobby que disfrutaban los fines de semanas, con el tiempo se convirtió en su vida.
«Recuerdo que disfrutaba mucho fuera y dentro del mar, porque el ambiente que rodea a la vela es muy bueno«, cuenta Joel a Think Big. El club de vela de Las Palmas está compuesto por diversos profesionales en regatas con palmarés e incluso con medallas olímpicas o de mundiales. Joel sabía que su lugar estaba allí y tenía claro que él quería ser como esas personas: entrenar, viajar, competir, etc. Y lo logró.
Una luchada y rápida llegada a la categoría ILCA 7
Este deporte se compone, principalmente, por el barco y la vela. A medida que los los regatistas varían de peso, cambian de vela, lo que no quiere decir que cambien de barco – aunque sigue siendo una decisión entre el deportista y el equipo-. Por ejemplo, dentro de la categoría de ILCA 7 hay tres tipos de velas:
- Vela ligera Laser 470, es la vela más pequeña y está dirigida a infantiles o juveniles.
- Laser Radial, es la vela olímpica femenina.
- ILCA 7, antes conocido como Laser, es la vela olímpica masculina.
En el caso de Joel, el cambio de vela se dio sin esperar demasiado tiempo. Tras sus primeros pódiums en la categoría Laser 470, donde ganó el campeonato de España Infantil y consiguió clasificarse para el europeo y mundial, subiría a la categoría de ILCA 7. «Gracias a ello, pude llegar antes a las categorías superiores para poder medirme con regatistas mayores que yo«, confiesa Joel.
Podium: un apoyo para luchar por unas olimpiadas
En la mayoría de los deportes, los profesionales que lo practican luchan día tras día para poder seguir dedicándose a lo que realmente les gusta. Sin embargo, hay deportes que no tienen tanta visibilidad y los deportistas no pueden vivir de ello. Razón por la que necesitan de becas que les permitan despreocuparse de la parte económica y poder centrarse en el deporte de élite.
Así, en 2014, Joel recibió una llamada que supondría un antes y un después en su carrera como regatista. Justo en ese año, se lanzó el Programa de Becas Podium para dar apoyo a jóvenes promesas del deporte olímpico español, desarrollado por Telefónica y el Comité Olímpico Español. Este apoyo permite a 88 deportistas luchar por su sueño olímpico.
«Si no habría sido por Podium, no habría sido posible dedicar mi vida a la vela«, reconoce Joel. Entre entrenamientos y competiciones saca tiempo para estudiar Ciencias del Deporte y la Actividad Física en la Universidad Católica de Murcia (UCAM). Aunque tiene claro que, por el momento, su foco es la vela y es a lo que se dedica.
Unos esperados Juegos Olímpicos de Tokio 2020
Entre entrenamientos y competiciones llegaron las olimpiadas. La vela a diferencia de otros deportes tiene un método de clasificación distinto. Primero hay que clasificar el país individualmente, por categorías olímpicas. Una vez el país está dentro, la Federación determina las reglas para la selección de la persona que represente el país.
Fue así como Joel logró la clasificación para España en las olimpiadas de Tokio con un noveno puesto en Portugal, donde eran cerca de 150 barcos. España fue el primer país no clasificado en lograr clasificarse y gracias a ese buen resultado, consiguió plaza para ser el representante de España en la categoría de ILCA7 7. «Toda la vida luchando por ese sueño y cuando lo consigues es increíble«, cuenta. A partir de ese momento, Joel sabía que su foco y todos sus esfuerzos estaban en el país nipón.
Tres meses después, el equipo olímpico español de regatistas aterrizó en la villa olímpica. Los deportistas de vela no comparten villa con el resto de olímpicos, ya que la sede de vela está localizada en una zona donde se puede navegar, en este caso, se llevó a cabo en la isla de Enoshima.
Joel recuerda que, el día de la inauguración se acercaron a la villa olímpica, situada en el centro de Tokio y cuenta que ese día vivió realmente la experiencia de las olimpiadas: «en la inauguración el equipo de baloncesto estaba animando a todos los deportistas con canciones; en el comedor la gente rodeaba a Djokovic pidiéndole fotos…».
La vela olímpica: cómo funcionan las regatas
Los días que siguieron a ese momento fueron de trabajo y entrenamiento para estar lo mejor preparado posible para las regatas. El formato olímpico es el mismo que el realizado en el resto de competiciones. Este consiste en 10 regatas a efectuar en 6 días. Durante los primeros 5 días los regatistas realizan 2 salidas. La manera de puntuar es la siguiente: una primera posición suma un punto y un décimo puesto son 10 puntos. Así, hasta el sexto día, cuando se realiza la final con los 10 primeros clasificados. En esta regatas la puntuación es doble, es decir, por un primero son 2 puntos y por un décimo, 20. La puntuación de todos los días se suma y así se obtiene la clasificación.
La duración es cada regata dista mucho de las condiciones climáticas del día. Por lo general, en un día con viento moderado pueden tardar, aproximadamente, tres horas y media para hacer las 2 regatas. «Menos de ese tiempo es muy complicado«, explica. Pero, la duración varía constantemente. Los regatistas no pueden competir con un mínimo de viento -por debajo de 9 nudos, 5 kilómetros por hora de viento- y con un máximo -por encima de 25 nudos, alrededor de 45 o 50 kilómetros por hora de viento. Cuando estas casuísticas no se dan, tienen que esperar para ver si el viento aumenta o disminuye, llegando a tener esperas comprendidas entre 7 y 9 horas.
Próximo reto: los Juegos Olímpicos de París 2024
Finalmente, Joel ocupó el puesto dieciseisavo dentro de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. «Fue una regata muy especial. Los regatistas no estamos acostumbramos a la atención mediática y que haya periodistas preguntándote cómo te ha ido, es muy especial«, confiesa.
Este canario es una promesa de la vela que tiene claro que quiere llegar a lo más alto. Su espíritu competitivo, autoexigente y constante le está llevando a situarse entre los mejores del mundo dentro de este deporte. Tiene claro que quiere luchar para ir a los Juegos Olímpicos de París 2024: «para mí el reto para París está en subir el nivel para poder luchar por una medalla«, asegura