En pleno 2022, nos encontramos inmersos en la 4ª Revolución Industrial. La innovación tecnológica forma parte de nuestro día a día, sobre todo, desde los últimos diez años. Hemos presenciado el desarrollo de nuevas generaciones de datos móviles (4G, 5G y en breve el 6G), la llegada del blockchain, big data o la inteligencia artificial (IA), junto a la robótica, entre otras.
La integración de nuevas y diferentes tecnologías en nuestras vidas ha hecho que vivamos en una sociedad capaz de adaptarse a los cambios que la digitalización ha traído consigo. Cada vez estamos más conectados, no solo entre nosotros, si no con el entorno que nos rodea. Y esto es gracias, en gran medida, al desarrollo de la IA, cuyas soluciones llevan entre nosotros décadas. Sin ir más lejos, los asistentes de voz de nuestras casas, como Aura, o los de nuestros móviles.
Nos hemos acostumbrado a vivir a la vanguardia de las tecnologías. Tanto, que a veces no sabemos qué tipo de tecnología estamos utilizando. Uno de los ámbitos que ha vivido una mayor transformación, sobre todo con el objetivo de mejorar la vida de las personas, ha sido el ámbito de la robótica.
La inteligencia artificial es una combinación de algoritmos que persiguen el objetivo de crear máquinas que imiten la inteligencia humana.
La robótica, un ámbito que suscita un interés creciente
Los diferentes profesionales de la robótica trabajan para crear máquinas que sean capaces de «pensar», actuar y procesar. Hemos pasado de robots, como Elektro y Sparko, que fueron desarrollados a inicios del siglo XX y que supusieron un avance gigante para el campo de la robótica. Estos robots caminaban, podían reconocer los colores verde y rojo e incluso podían detectar elementos.
Ambas creaciones supusieron el inicio de una gran era en el desarrollo de robots, hasta la llegada de la inteligencia artificial. Esta tecnología hace posible dotar a estas máquinas de un mayor grado de autonomía. Una independencia de la que carecían hace décadas. En este escenario, entra en escena el machine learning (aprendizaje automático en español), una rama de la Inteligencia artificial, que proporciona a los robots la capacidad de identificar patrones en enormes cantidades de datos con el objetivo de hacer predicciones.
El mundo de la robótica ha despertado el interés de diversos ámbitos, siendo la industria del cine una de las más interesadas. En estos años, han sido diversas las series y películas que han girado en torno a un futuro de humanos y robots. Desde ‘Metrópolis‘ (1927), donde por primera vez se veía un robot con la fisionomía humana en las pantallas de cine, hasta ‘Yo, Robot’ (2004), ‘Wall-e‘ (2008), entre otras muchas.
El uso de la robótica para facilitar tareas rutinarias: los AGVs
Por el momento, estamos lejos de convivir con robots en nuestro día a día, tal y como lo muestran las películas mencionadas. Porque si hablamos de aparatos robotizados que mueven y manipulan objetos, ya conviven entre nosotros.
Un ejemplo de ello son los AGVs, vehículos de guiado automático, que se mueven de manera autónoma y transportan aquellos objetos que se coloquen encima de ellos sin necesidad de la presencia de un operario que los maneje. Su labor es realizar aquellas tareas que son más duras para las personas con el objetivo de mantener su seguridad. Este tipo de máquinas se suelen utilizar en plantas industriales, sectores de automoción, alimentación, etc. Ya no es el propio profesional quien entra a una cámara de congelación a realizar su trabajo, sino que son los AGVs quienes lo realizan.
Esto no quiere decir que los robots cumplan una labor intrusiva en el trabajo humano. Todo lo contrario, estas máquinas robotizadas llegan para hacer nuestro trabajo diario más sencillo, encargándose de las tareas más peligrosas y arduas para que nosotros podamos añadir un mayor valor a la cadena de trabajo. El objetivo perseguido es, «dirigirnos hacia un mundo compartido por seres humanos y robots de todo tipo y para cada uso«, sostiene Stephane Raccah, responsable pedagógico de Campus 42 Madrid, en conversación con Think Big.
Esto es algo que ya está sucediendo con los robots mencionados anteriormente o con aquellos utilizados en el ámbito de la medicina, donde gracias a brazos robóticos los profesionales de la salud pueden realizar con mayor precisión algunas cirugías. La clave en el uso de estas máquinas es no dejar el control total en sus redes. Es decir, siempre tiene que haber un control humano porque como explica Stephane, «pueden perder el control».
Xiaomi y Telefónica se unen en la búsqueda de oportunidades en el ámbito de la robótica
Una de las mayores revoluciones en el ámbito de la robótica viene de la mano de Xiaomi con el desarrollo del CyberDog. ¿La razón? Se trata de la primera generación de un robot, orientado al consumo masivo, con el objetivo de realizar pruebas en laboratorios y poder seguir avanzando hacia la comercialización de las próximas generaciones del CyberDog en nuestros mercados.
Bajo ese objetivo, Xiaomi se pone en contacto con el equipo Global Devices Unit de Telefónica, concretamente con Daniel Hernández, director del área mencionado, con el reto de seguir investigando este tipo de tecnología y poder desarrollar avances en torno a esta materia. «Sin duda creemos que están preparados para este desafío«, confiesa Dr. Albert Shan, jefe de Producto y Tecnología de Xiaomi a Think Big.
Telefónica es uno de los socios internacionales de Xiaomi desde que inició sus primeros pasos en 2018. Cuando Daniel recibió esta oportunidad habló con el equipo de David del Val, director de Core Innovation, que a su vez lo hizo con Stephane, de Escuela 42. Todo ello, para poder trabajar unidos en el diseño del futuro de la tecnología y poder aportar su visión desde cada una de las áreas.
«Xiaomi es uno de nuestros socios estratégicos en Telefónica. Estamos colaborando en múltiples proyectos disruptivos e innovadores, como el desarrollo de casos de uso para sus robots CyberDogs, que nos permitan en un futuro cercano empezar a comercializarlos para nuestros clientes», explica Daniel. Además, la aplicación del 5G, las redes programables y el edge computing crean el escenario perfecto para impulsar esta gran revolución.
En estos años, no solo seremos testigos de casos de uso en el sector industrial, como en el ámbito de la seguridad y la vigilancia en fábricas o centros comerciales. Sino que, las posibilidades de aplicaciones para el hogar son las que tienen un mayor potencial. Imagina que tienes tu propio Cyberdog autónomo y que está conectado a todos los dispositivos del hogar. Según menciona Daniel, este tipo de robots, contarán con un interfaz más humano y sencillo, en comparación con los productos actuales. Llegando a ofrecer casos de uso críticos como la seguridad o enviar recordatorios y alertas a los cuidadores en caso de accidente, hasta promover actividades de bienestar emocional y físico.
CyberDog: un robot de código abierto
Desde hace unos años, se está fomentando la utilización de un software basado en colaboración abierta. Estas plataformas de código abierto están siendo claves en el desarrollo de la transformación digital y desde Xiaomi son conscientes de ello. Por eso, el Cyberdog nace bajo la premisa de crear un robot de código abierto. Esto permite que más personas se unan al desarrollo y creación de las futuras aplicaciones del CyberDog. Porque como dice un famoso dicho: «si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado».
Dr. Albert Shan, cuenta que han visto varios casos de uso desarrollados por los consumidores. Por ejemplo, una de las personas incorporó un LIDAR, tecnología para medir la distancia entre un sensor y un objeto, bajo la idea de poder enviar el CyberDog a cuevas y túneles para la realización de modelado 3D. Mientras que, otros consumidores lo utilizan para acompañar a sus hijos al colegio.
Como podemos ver las posibilidades son infinitas y lo mejor es que esto solo acaba de empezar. Con la colaboración de Telefónica y como cuenta David del Val, «piensan ir más allá». El desafío está en dejar a un lado aquello que conocemos para introducir nuevas formas de robótica en diferentes ámbitos que puedan aportar valor a las personas.
Desafíos de la IA en el futuro de la robótica
En línea con todo lo anterior, aún queda un futuro inmenso de retos y de preguntas que responder. Donde uno de los mayores retos es la ética de estas máquinas. Sobre todo, teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad donde los prejuicios conviven con cada uno de nosotros y, por lo tanto, estos sesgos acaban formando parte de la propia tecnología.
El caso COMPAS es un ejemplo de ello. Este sistema se encarga de determinar a quien sí y a quien no hay que conceder la libertad condicional de los detenidos en Estados Unidos. A pesar de que, el algoritmo no usa la raza como un argumento sobre el que tomar las decisiones. La precisión del sistema se ve afectada por las diferencias históricas entre blancos y negros y su relación con el crimen. Esto crea una situación totalmente injusta, ya que estas tecnologías deben ser imparciales.
En torno a esta situación y teniendo en cuenta los retos del futuro. Desde la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) lanzaron sus Prinicipios sobre la IA. Estos principios sientan la base de los aspectos que hay que tener en cuenta de cara a convivir con robots.
Otros puntos para considerar, que comenta el jefe de Producto y Tecnología de Xiaomi, son los sensores de alta precisión para que sean comparables a las funciones de los humanos, la planificación en tiempo real de movimientos complejos y la capacidad de reconocer y aprender del entorno, entre otros. Esto sumado a las cuestiones éticas, son las razones por las que los robots actuales no han logrado realizar algunas tareas. Como doblar la ropa, leer libros, charlas o bailar.
Hacia una coexistencia entre humanos y robots
Sin lugar a duda, los próximos años serán clave en el desarrollo de la robótica. Máquinas como el CyberDog son un claro ejemplo de hasta donde podemos llegar cuando tenemos un objetivo en común. No se trata de temer a este tipo de tecnología, porque se trata de máquinas que llegan a nuestro día a día para facilitarnos la vida. Hace años, con la llegada de los robots domésticos, hubo personas que se mostraban reacias a su uso. Con el paso de los años, hemos visto que esa clase de robots nos ayudan a dedicar nuestro tiempo en otras labores, que no sean las que realiza.
Los cambios siempre dan cierto temor, pero hay algo que debemos tener claro y es que este tipo de tecnología no va a llegar a nuestra vida de repente. Si no que, es un proceso que irá integrándose en nuestra rutina poco a poco. «En un futuro, los robots desempeñarán un papel clave en todos los aspectos de nuestra vida, convirtiéndose en el socio más fiable de los seres humanos«, comenta Dr. Albert.
Hasta ese momento, seguiremos siendo testigos de los avances en torno a esta disciplina. Avances que irán desvelando a qué tipo de futuro nos dirigimos en materia de robótica. Siendo conocedores de que las posibilidades que nos ofrecen son infinitas.
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