Vivimos una etapa de transición en la generación de energía eléctrica. Poco a poco estamos pasando de la obtención de electricidad a partir de la quema de carbón, gasolina y gas a otras fuentes más limpias como la nuclear y las renovables (hidroeléctrica, eólica y solar). Pero, en esta transición, nos topamos con algunos problemas, como el almacenamiento de energía. Un problema que estamos solucionando, temporalmente, empleando baterías gigantes.
Lamentablemente, la tecnología actual de almacenamiento de energía se basa en el uso de baterías de litio. En su momento fue revolucionaria, pero ha llegado a su límite y necesitamos alternativas. Las baterías de litio son las que empleamos en teléfonos, ordenadores y demás dispositivos electrónicos. A otro nivel, también se emplean en almacenar energía para hogares, vehículos eléctricos e industria.
Se han hecho mejoras y pequeños cambios en las baterías de litio, incorporando otros materiales como el cobalto o el níquel, pero la base sigue siendo la misma. De ahí que la única manera de almacenar más energía sea empleando baterías gigantes. A más tamaño, más energía almacenada. Hasta que aparezca una nueva tecnología que optimice el almacenamiento por espacio utilizado. Y, a poder ser, con materiales más habituales en nuestro planeta.
Baterías gigantes para grandes necesidades
La industria de los teléfonos inteligentes es una buena muestra de la situación actual con las baterías. Si vemos el interior de un teléfono de última generación, veremos que la práctica totalidad del espacio está ocupado por las baterías. El resto de componentes son diminutos. Cada vez más. Pero las baterías son cada vez más grandes.
Lo mismo ocurre con los automóviles eléctricos. El espacio ocupado por las baterías es mucho mayor que el que ocupaban los tanques de combustible en un vehículo propulsado por diésel o gasolina. Es más. Es frecuente que el suelo del vehículo esté monopolizado enteramente por los paquetes de baterías. Paquetes o módulos que combinan baterías más pequeñas.
Y qué decir de las baterías gigantes para hogares o para usos más profesionales. Su tamaño aumenta a medida que se emplean en usos que requieren más electricidad. La Powerwall de Tesla para hogares, sin ir más lejos, tiene una capacidad de 13,5 kWh y ocupa 1,15 metros de alto por 0,75 metros de ancho y 0,15 metros de grosor.
Almacenamiento para uso comercial o industrial
La empresa alemana Tesvolt está especializada en baterías gigantes. Sus instalaciones asemejan armarios como los que encontramos en una sala de servidores. Pero en vez de servidores informáticos, encontramos baterías para satisfacer demandas de entre 10 kWh y 100 MWh combinando sus equipos de almacenamiento.
El modelo más pequeño en venta actualmente ofrece hasta 72 kWh en un espacio de 2 metros de alto por 0,61 metros de ancho y 1 metro de profundidad. Y el modelo más grande tiene el aspecto de un contenedor de barco, una capacidad de 288 kWh combinando 4 sistemas de baterías y sus dimensiones son de 2,9 metros de alto por 2,4 metros de ancho y 6 metros de profundidad. Obviamente, no todo ese espacio albergan baterías de litio. También incluyen otros elementos que garantizan la protección de la instalación ante inclemencias atmosféricas u otros daños físicos, la gestión de la energía y su control a distancia.
Y para hacernos una idea de qué sistema de almacenamiento necesitaríamos para nuestro negocio, Tesvolt ofrece una calculadora que permite definir nuestras necesidades y obtener la solución más aproximada. En la calculadora es posible elegir entre pequeño negocio o uso comercial e industrial, especificar el sector así como aspectos como el consumo de electricidad anual, la capacidad de generación fotovoltaica, si queremos almacenar energía limpia, si vamos a emplearlo para cargar vehículos eléctricos, si lo usaremos en exteriores, cuanto tiempo lo usaremos, si servirá como apoyo en caso de corte eléctrico y otras consideraciones.
Baterías gigantes para almacenar energía limpia
El uso de baterías gigantes o sistemas de almacenamiento de gran tamaño se emplea especialmente en instalaciones de energía solar o eólica. Estas fuentes no producen electricidad las 24 horas del día. Solo en condiciones especiales. La solar, cuando es de día y no hay un exceso de nubes u otras inclemencias climatológicas. Y la eólica, está limitada a la velocidad del viento. Tan perjudicial es poca velocidad como una velocidad excesiva, según el tipo de instalación y el lugar en el que se encuentra.
Así que para resolver el problema de que esas fuentes no estén disponibles durante todo el día, los sistemas de almacenamiento con baterías gigantes son una solución temporal. La sueca Vattenfall, lleva años generando energía en países como Suecia, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Países Bajos y Reino Unido. Y también ofreciendo soluciones como el almacenamiento de energía.
En 2018, en Reino Unido, inauguraron una instalación de baterías gigantes formada por seis contenedores de barco repletos de baterías de litio. Concretamente, unos 500 paquetes de baterías con una capacidad de 33 kWh por paquete. En total, un máximo de 22 MW de capacidad para satisfacer la demanda puntual. Y es que la instalación está conectada a una granja eólica de 76 turbinas que da electricidad a más del 13% de los hogares de Gales.