La ciudad sueca que es un ejemplo de sostenibilidad

Tiene una población similar a ciudades como Valladolid, Vigo, Gijón o L’Hospitalet de Llobregat. Una ciudad al sur de Suecia, la tercera más habitada y la sexta en toda Escandinavia (Dinamarca, Noruega y Suecia). Entre sus particularidades, destaca su cercanía a Copenhague (Dinamarca) a través de un puente que cruza ambos países y los conecta por encima del mar. Y es una ciudad sostenible.

El puente en cuestión se llama Øresund. Y la ciudad, Malmö. Su posición estratégica en el mapa, su puerto y sus astilleros navales la convirtieron en una de las ciudades más industrializadas. Pero desde finales del siglo XX, Malmö ha cambiado en muchos aspectos. Hoy es una ciudad referente en muchos campos. Y uno de ellos es la sostenibilidad. Un ejemplo de cómo podemos cambiar las ciudades.

Otra de las cosas que hacen especial a Malmö es su aparición entre las ciudades más felices de Europa. Según una encuesta realizada por la Comisión Europea, Malmö está en una lista de ciudades afortunadas entre las que también destacan las danesas Aalborg y Copenhagen, la islandesa Reykjavik, la sueca Zurich o la noruega Oslo.

Una ciudad sostenible vale por dos

La sostenibilidad empieza aquí. Es uno de los lemas de Malmö, una de las ciudades europeas más conocidas y que ha trabajado en favor de la sostenibilidad desde 1995. Hasta el punto de incluir en las políticas nacionales suecas los objetivos de la ONU en materia de desarrollo sostenible. Y es que ambos conceptos, desarrollo y sostenibilidad, pueden ir de la mano. Y mediante la sostenibilidad, una ciudad puede volverse sostenible corrigiendo los errores del pasado.

Uno de sus planes estrella vienen representados por el Plan de Movilidad de 2016. Su objetivo, reducir el impacto ambiental y reducir la segregación. Otro plan importante es la regeneración urbana de Lindängen, una de las zonas con un índice más alto de criminalidad según las propias autoridades suecas. 

Por un lado, el Plan de Movilidad aprobado en 2016 recibió un premio en la Semana de la Movilidad Europea de ese mismo año. Hoy, ese plan se traduce en medidas como contar con más de 400 kilómetros de carril bici. Lo que hace que el 30% de todos los desplazamientos se realicen en bicicleta. También ayuda la red de autobuses, de los que el 65% son eléctricos. Y el resto, se alimenta de biocombustible. 

Y en el proyecto de regeneración de Lindängen se unen sostenibilidad y cambios sociales y económicos. El objetivo, transformar una zona conflictiva. Y el resultado: que ahora cuente con centro social, centro de familia con atención médica, instalaciones públicas donde ofrecer cursos de idiomas y hacer realidad otras iniciativas ciudadanas, una nueva escuela y más líneas de autobús para conectar esta zona con toda Malmö.

Malmö se ha transformado en ciudad sostenible por el bien de todos
Fuente: Malmö stad

La sostenibilidad acompañada por la innovación

La crisis económica surgida en 1973 con la crisis del petróleo fue devastadora para Malmö. Una ciudad industrializada que no supo hacer la transición a tiempo. Pero más vale tarde que nunca. Y hoy es una de las ciudades más innovadoras. En su haber, más de 700 patentes por millón de habitantes, lo que la coloca en el cuarto puesto mundial de innovación y el primero en Europa.

Esa innovación se ha traducido en proyectos sostenibles como la transformación del antiguo puerto industrial en una zona residencial. Con el nombre de Bo01, se aplicó un modelo de planificación que recuperó suelos abandonados, modernizó la gestión de residuos y construyó un paseo marítimo para conectar el norte y el sur de la ciudad con una gran zona arbolada. Además, el agua de las precipitaciones se almacenan en acuíferos a 70 metros bajo tierra. Y se drena mediante unos estanques, canales y tejados cubiertos de musgo. 

Por otro lado, los depósitos geotérmicos subterráneos proporcionan calor en invierno y aire fresco en verano. Todo esto y, mucho más, ha logrado que esta zona urbana de 5.000 habitantes se convierta en el primer barrio europeo que emite cero emisiones de CO2. Y si todo va bien, ese logro se aplicará a toda Malmö para lograr antes de tiempo algunos de los objetivos del Acuerdo de París y cuya fecha límite es 2030.

Una ciudad sostenible como Malmö está siempre cambiando
Fuente: Malmö stad

Una apuesta, en firme, con vistas al futuro

La apuesta de Malmö por ser una ciudad sostenible no se queda ahí. Constantemente surgen proyectos que acompañan el objetivo general. Por ejemplo, la torre de negocios Turning Torso, que solamente consume energía renovable de fuentes eólicas, hidroeléctricas y geotérmicas. Además, los residentes pueden consultar el consumo a diario gracias a los medidores inteligentes situados en cada planta.

Y para ser autosuficiente en el consumo de energía verde, Malmö cuenta con varios proyectos de parques eólicos para terminar en los próximos años. Algo a lo que contribuye su planta de procesamiento de residuos. Además de procesar más de 600.000 toneladas de residuos al año de Malmö y otros municipios cercanos, transforma esos residuos en combustible. Y lo sobrante, sirve para alimentar la red energética de esta ciudad sostenible. En concreto, produce 270.000 MWh de electricidad al año. 

Junto a la enorme labor de hacer cambios en urbanismo, reciclaje y generación de energía, otro pilar de esta transformación en ciudad sostenible es la educación y la concienciación. Gracias a ello, la ciudad ha reducido su consumo de energía un 40% en 30 años. Y ya desde la escuela se educa a los adultos del futuro que el medio ambiente es inseparable de la sociedad y la economía. 

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