Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay alrededor de 2200 millones de personas con algún tipo de deterioro de la visión. Los datos son preocupantes, sobre todo, porque el incremento de este tipo de afecciones va al alza. Con el objetivo de que nadie se quede atrás, las herramientas tecnológicas actuales se sitúan como una necesidad para conseguir romper las barreras existentes en torno a las personas invidentes y para que se sientan en igualdad con respecto a los demás.
Bajo ese contexto, son numerosas las empresas que trabajan en desarrollar herramientas tecnológicas que faciliten la vida a las personas invidentes. Como es el caso de la tiflotecnología, un conjunto de recursos que ayudan al acceso a la tecnología a las personas ciegas y/o con otra discapacidad. Esos medios facilitan el desarrollo eficiente en todos sus ámbitos de la vida (salud, cultura, empleo, educación, etc.).
La ONCE es una de las instituciones que más trabaja en la búsqueda de soluciones tecnológicas para cubrir las necesidades de aquellas personas con discapacidad visual. Una de esas soluciones es el TPV, un terminal accesible para el punto de venta que la ONCE y Telefónica han desarrollado hace unos años. «El TPV ha supuesto para mí una herramienta de trabajo indispensable. Yo no puedo trabajar sin él. Es un avance brutal. Para mí es la accesibilidad, sobre todo por la voz«, explica Gloria Vizárraga, usuaria del TPV, en este reportaje.
Dispositivos para invidentes
El TPV es solo uno de los dispositivos para invidentes que se ha desarrollado en los últimos años. En la pasada feria tecnológica CES, en Las Vegas, se presentó Biped. Se trata de un chaleco inteligente, creado por la compañía homónima con sede en Suiza, que ha integrado en el sistema la misma tecnología que se usa para guiar a los coches autónomos en ayudar a personas invidentes.
El accesorio se coloca encima de los hombros del usuario y cuenta con varias cámaras 3D infrarrojas en la parte delantera que se encargan de analizar el entorno con un ángulo de visión de 170º. Las mencionadas cámaras están conectadas con un software de inteligencia artificial (IA) que identifica, sigue y predice las trayectorias de todos los objetos que rodean a la persona en tiempo real.
Por ejemplo, si el sistema de IA identifica que el usuario está en peligro de chocar con un objeto, envía una señal a unos auriculares direccionales que le advierten de la posición concreta de dónde procede el peligro.
Otro dispositivo similar son los bastones inteligentes para personas invidentes. Desde la compañía estadounidense WeWalk han incorporado a su bastón un sistema dotado con GPS y tecnología de voz que ofrece indicaciones a la persona usuaria acerca del entorno que le rodea. La herramienta puede avisar desde el nombre del comercio y/o restaurante que tienen a lado, así como de la estación de metro que tienen más cerca.
Estos son solo algunos de los accesorios que ayudan en su día a día a las personas invidentes. También podemos destacar las smart glasses -que detectan objetos cercanos y posibles obstáculos, gracias a un sistema de cámaras y software-; las pantallas de Braille táctiles; los mapas sonoros 3D, así como móviles para personas con discapacidad visual.
Jota García, una historia de superación y de conexiones
Probablemente, podríamos decir que igual de importante al uso de la tecnología es que las personas invidentes tengan referentes de superación. Este es el caso de Jota García, un triatleta paralímpico español que se quedó ciego con 28 años, tras conocer que padecía uveítis (una inflamación ocular).
De ese diagnóstico han pasado ya 12 años, actualmente Jota tiene 40 años, en los cuales se ha diplomado en la carrera de Óptica y Optometría para conocer y profundizar más en su caso y se ha convertido en uno de los deportistas paralímpicos de referencia.
A veces la vida nos pone ante nosotros situaciones complicadas de superar. De hecho, para Jota los primeros meses no fueron nada sencillos. Sin embargo, la dedicación, el esfuerzo, la ilusión y los valores que el deporte le ha proporcionado, han sido el salvavidas que necesitaba para seguir adelante. Además del apoyo incondicional de su familia y amigos.
No sobrevive el más fuerte, si no el que mejor se adapta
Jota García
Jota consiguió clasificarse en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 alzándose en la competición con un séptimo puesto. La capacidad de resiliencia del deportista español, junto con su capacidad de superación y las conexiones de las personas que han estado a su lado, le han llevado hasta dónde está hoy.
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