Los teléfonos ‘rugerizados’ no son algo nuevo, aunque quizás sea la primera vez que escuchas ese término. Rugerizado es la españolización del término anglosajón ‘ruggedize’, que hace referencia a los objetos hechos para que tengan una alta durabilidad (p.ej. uso militar). En general, se entiende que un teléfono rugerizado es aquel que dispone de una protección especial contra golpes y agresiones de sólidos (arena, polvo) y/o líquidos.
Desde hace muchos años, las marcas con más tradición en la fabricación de teléfonos móviles, como Motorola o Nokia, han tenido en su portfolio algún modelo pensado para usuarios profesionales con oficios en los que el riesgo de dañar el móvil era alto. Generalmente eso se conseguía con una simple carcasa de goma de grandes dimensiones que hacía que el teléfono rebotase como una pelota al caer. Lógicamente, se trataba de un nicho de mercado limitado, ya que la propia estética de estos teléfonos los hacían muy poco atractivos para el gran público.
Con la popularización de los smartphones de enormes pantallas táctiles, la cantidad de incidentes que acaban con el móvil en un servicio técnico (o en la basura) ha crecido exponencialmente. Y la verdad es que, con los precios de ciertos smartphones de gama alta, ver cómo su pantalla estalla en mil pedazos o cómo se queda “frito” tras caerse en un charco o en la arena de la playa es un verdadero drama. Por este motivo, la posibilidad de disponer de un teléfono resistente a golpes o “accidentes acuáticos” ha empezado a valorarse también por parte del público en general.
En Japón, cuna de los smartphones, la tendencia a ‘rugerizar’ los teléfonos (sea cual sea su público objetivo) ha aumentado considerablemente en los últimos tiempos. Uno de los motivos, aparte de los mencionados anteriormente, es la popularización de los servicios NFC y el uso de los smartphones para acceder al transporte público. El hecho de tener que acercar el móvil a un lector para acceder al metro en la vorágine de la hora punta ha hecho que golpear el smartphone se haya convertido en parte de su uso intrínseco.
Otros tipos de rugerización
SONY, como principal productor japonés de tecnología, ha decido exportar la tendencia de los móviles rugerizados a otros mercados. El primer ejemplo de esta nueva estrategia de producto es el Sony Xperia go, un terminal con calificación IP67. El grado de protección IP hace referencia al estándar IEC 60529 sobre grados de protección frente a la penetración de líquidos y sólidos en la estructura de un equipo electrónico.
La primera cifra de la calificación IP67, el 6, indica que el Sony Xperia go está protegido frente al polvo, que es la máxima calificación posible en este aspecto (por ser el sólido de calibre más pequeño). La segunda cifra, el 7, indica que resiste la inmersión completa en agua durante un tiempo limitado. El máximo en este apartado sería el 8, que sólo obtienen aquellos dispositivos preparados para trabajar sumergidos de manera completa y continua. Esto, junto con el ya popular Gorilla® Glass hacen del Xperia go un terminal a prueba de accidentes de la vida cotidiana, como que tu hijo decida jugar a los coches de choque con tu móvil, que tu perro lo muerda, o que aterrice en medio del castillo de arena que acabas de construir. Incluso hay quién lo ha sometido a situaciones que van más allá de lo que podríamos llamar un uso normal… y el Xperia go ha conseguido salir airoso.
La apuesta de SONY por los dispositivos rugerizados es clara, y lo veremos en los próximos modelos que llegarán al mercado durante 2013. No solo en el caso de teléfonos móviles, sino también otros gadgets como cámaras de fotos y de vídeo. A buen seguro, el resto de fabricantes estarán muy pendientes del impacto en el mercado de esta línea de productos.