Un nuevo proceso de producción facilita la fabricación de transistores basados en láminas flexibles con nanotubos de carbono, una opción para surtir a la próxima generación de electrónica.
En la ambición por sustituir al silicio como el material dominante en las entrañas de cualquier aparato electrónico, una nueva investigación ha abierto un camino más. Si el grafeno es una de las vías más comentadas para mejorar y continuar la evolución de los transistores, así como otros componentes imprescindibles en la fabricación de dispositivos, los nanotubos de carbono ofrecen su propia alternativa. En este caso los investigadores han logrado un método para imprimirlos en plástico flexible.
Los nanotubos de carbono no son una novedad. De hecho su descubrimiento data de principios de los años 90, descontando un vislumbre a mediados del siglo XX que no tuvo más consecuencias. Como su nombre apunta, estas estructuras tienen un nanómetro de diámetro y están constituidas por carbono, elemento que también da lugar al grafeno cuando se despliega en una capa de sólo un átomo de grosor.
Una nueva investigación dirigida por Ali Javey, profesor de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de California, en Berkeley, ha utilizado por primera vez un proceso convencional de impresión para grabar con nanotubos de carbono láminas flexibles de plástico. Para ello el 99% de la tinta empleada era del material semiconductor, pero también se han utilizado otras dos tintas para completar las cualidades eléctricas de la placa. El resultado se puede doblar, además de ofrecer altas capacidades para formar transistores.
La principal novedad del trabajo está en el proceso de producción de las láminas de plástico, con los nanotubos de carbono impresos. El mismo equipo había logrado crear dos años atrás transistores basados en una estructura similar. Sin embargo, en esta ocasión se ha utilizado un método de impresión similar al que usa la industria editorial para revistas, catálogos y publicaciones que quieren llegar a un público masivo. De esta forma, la fabricación de este tipo de componentes podría aumentar fácilmente a medida que crecieran las necesidades.
Pantallas enormes y nanoelectrónica a bajo precio
Una de las consecuencias industriales que puede tener esta investigación es facilitar la producción de pantallas flexibles y eficientes energéticamente sin que los costes sean altos. Esto incluye desde paneles para smartphones y otros dispositivos de pequeño tamaño hasta superficies extensas de varios metros de largo y de ancho.
La nanoelectrónica es otro de los campos que podrían verse beneficiados por este trabajo, ya que el proceso de impresión tiene proyección para dar lugar a modelos más complejos y diminutos. De esta forma se podrían grabar circuitos enteros, no sólo láminas, permitiendo transformar la fabricación de los chips y por consiguiente la industria de los dispositivos. Aunque aún es pronto para especular sobre el futuro de este sector y lanzar las campanas al vuelo sobre la sustitución del silicio, estos nanotubos de carbono podrían ser la base para la electrónica flexible que está por venir.
Imagen: HighTechDad
