ordenador nanotubos de carbono

Cedric: el primer ordenador fabricado con nanotubos de carbono

El primer ordenador hecho de nanotubos de carbono tiene escasa capacidad y una estructura aparatosa, pero un abanico de posibilidades por delante.

«Cedric», así han llamado al primer ordenador de nanotubos de carbono, construido totalmente en este material. Lo han bautizado como si se tratara de un robot o una supercomputadora y es que la proeza técnica lo merece. El equipo de ingenieros de la Universidad de Stanford responsable de su creación ha creado el sistema electrónico basado en carbono más complejo hasta el momento. El material, presentado en este tipo de nanoestructura, se postula como uno de los posibles sustitutos del silicio.

El ordenador de nanotubos de carbono dispone de un sistema operativo sencillo que permite alternar entre dos tareas diferentes. Su potencia sólo se puede comparar a las máquinas que existían algunas décadas atrás, pues funciona sobre un bit de información y sólo puede contar hasta 32. En cambio, tiene capacidad completa para resolver cualquier problema computacional. Uno de los problemas presentes en otros sistemas informáticos basados en carbono era que fallaban en sus respuestas, algo que no ocurre con Cedric.

El objetivo de los creadores del proyecto no es otro que impulsar el camino comercial de los nanotubos de carbono como alternativa al silicio. La estructura, compuesta por una sola capa de átomos, ofrece grandes posibilidades como semiconductor para construir transistores, clave en la fabricación de equipos electrónicos. Había dos problemas que el equipo de ingenieros tenía que resolver. No todos los nanotubos se disponen en líneas paralelas sino que algunos no están alineados y fue necesario crear un algoritmo para sobrepasar a estos últimos.

El segundo impedimento fue que algunas partes conducían siempre la electricidad, no eran verdaderamente semiconductoras. Hubo que apagar la estructura y someterla a una fuerte corriente para que los elementos que siguieran siendo conductores se fundieran.

Cedric es sólo un prototipo rudimentario de lo que se puede desarrollar en el futuro. Los investigadores apuntan que en el futuro será posible fabricar un ordenador más rápido, pequeño y eficiente que los modelos actuales basados en silicio. También señalan que no habría problemas para producir equipos como éste de forma masiva.

La investigación en nanotubos de carbono lleva en marcha desde los años 90 y los equipos informáticos han estado desde el principio en el centro de atención. Siguiendo las nuevas tendencias tecnológicas, uno de los últimos trabajos en este terreno ha sido la creación de estructuras flexibles, destinadas a la fabricación de dispositivos que se puedan doblar. Se han logrado imprimiendo el material semiconductor sobre láminas de plástico no rígido.

Pero no sólo en dispositivos tecnológicos se pueden utilizar los nanotubos de carbono. El proyecto Recytube, dedicado al reciclaje de plástico, se sirve de estas estructuras para producir nuevos nanomateriales derivados de los deshechos o restos de fabricación. La utilización parece más sencilla que en ordenadores, pero no deja de mostrar las cualidades de este tipo de esta forma de presentación del carbono.

Imagen:  ZEISS Microscopy

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