El Top 500 de supercomputadoras vuelve a señalar a Tianhe-2, fabricada y emplazada en China, como la más potente del mundo.
La supercomputadora más potente del mundo se encuentra en China y en las mediciones arroja una capacidad casi del doble que la segunda en el ranking, Titán, de fabricación estadounidense. El TOP 500, que se publica cada seis meses, está definido por un equipo de la Universidad de Nannheim, en Alemania, que basa su criterio en el número de cálculos por segundo que puede realizar una máquina. En el caso de Tiahne-2 la cifra es de 33.863 billones (de los de verdad) o, lo que es lo mismo, 33,86 petaflops por segundo.
Lejos de Tianhe-2 queda Titán, construida por el fabricante especializado en alta computación Cray, con sus 17,59 petaflops, que superó este año –y por poco– a Sequoia, fabricado por IBM. El salto del tercer puesto del Top 500 al cuarto es más significativo, pues la máquina K Computer, de Japón, está en los 10,51 petaflops. Curiosamente esta última, producida por Fujitsu, fue la que destronó a la primera versión del monstruo chino, Tianhe-1, que se colocó como la primera del mundo a finales de 2010.
Este baile en los primeros puestos de la clasificación da una idea del frenético ritmo que ha tomado la innovación en supercomputadoras. Más aún, sirve para tomarle el pulso a la investigación científica de alto calado, pues estas máquinas se utilizan para crear modelos y simulaciones complejas, así como otras tareas de gran magnitud.
Tianhe-2 se usará con fines de investigación y educativos, si bien la información que manejan los medios locales habla de la industria automovilística como un cliente prioritario, según detalla la BBC. La supercomputadora más potente del mundo ha sido creada por la Universidad Nacional de Defensa Tecnológica, institución que gestionan conjuntamente el Ministerio de Defensa y el de Educación chinos. Parte de sus procesadores están fabricados por Intel, mientras que otras CPU son de diseño propio de la universidad.
Polémica por los criterios de medida
A pesar de que Tianhe-2 gana abrumadoramente en petaflops, está todavía en fase de pruebas y es pronto para decir que su rendimiento es superior al de, por ejemplo, Titán, en tareas reales. Algunos expertos creen de hecho que el título de supercomputadora más potente no debería basarse exclusivamente en el número de cálculos que la máquina puede realizar en un segundo.
Es el criterio que utiliza el Top 500 para elaborar su lista, pero hoy en día no refleja la utilidad de una supercomputadora. Desde IBM, especialista indiscutible en este terreno, apuntan la necesidad de una medición más práctica, que tenga en cuenta las aplicaciones que se utilizan para resolver problemas reales. Sin embargo, esto conllevaría cambiar por entero el sistema, cuyo éxito, según sus creadores, se basa en la universalización que permite un criterio tan sencillo.
