¿Quieres ver cómo es tu corazón por dentro? Científicos chinos inyectan metal líquido para ver la red de vasos que lo conforman, y el resultado es espectacular.
El grupo mexicano JotDog habla en una de sus canciones de «un corazón de metal». Aunque la letra habla del desamor, lo cierto es que la banda de pop pareció adelantar un curioso avance científico, que nos permite ahora desentrañar la red de vasos sanguíneos en forma de ‘autopistas’ que circula por nuestro órgano más importante.
Conocer cómo funciona el sistema vascular de nuestro corazón es fundamental para ver cuál es su estado de salud, y descartar cualquier problema patológico. Normalmente la medicina utiliza una técnica conocida como angiografía para explorar la situación de las venas y arterias invisibles en una simple radiografía.
El inconveniente de estos métodos es que no son capaces de visualizar los vasos sanguíneos más pequeños, conocidos como capilares. Si no funcionan bien, pueden originarse problemas en órganos como el propio corazón y en otros que también son vitales, como los riñones. Lograr desentrañar su estructura es fundamental para mantener un buen estado de salud, además de garantizar buenos resultados en cirugías complicadas.
Por este motivo, los resultados publicados en arXiv por los médicos Qian Wang y Yang Yu de la Tsinghua University son realmente espectaculares. Su método para visualizar por fin las ‘autopistas’ del corazón es tan simple como arriesgado: inyectar metal líquido en nuestra bomba más potente.
En pruebas similares, los investigadores usan material de contraste, una especie de ‘tinte’ que ayuda a observar mejor determinadas estructuras, como es el caso de la visualización de tumores malignos. Estos agentes suelen tener una elevada densidad electrónica, lo que permite que absorban los rayos X, como explican en Medium.
La solución más obvia, sin embargo, no había sido probada nunca. El metal líquido inyectado en el corazón era galio, un elemento descubierto por el químico Lecoq de Boisbaudran en 1825 al examinar unas muestras de los Pirineos. Su punto de fusión se encuentra en los 29,77ºC, por lo que a temperatura corporal su estado es líquido.
Dado que estos estudios no pueden realizarse en seres humanos, los científicos decidieron inyectar el galio en el corazón de cerdos, una especie cuyo órgano es muy similar anatómicamente al nuestro. Tener ‘bombas’ sanguíneas tan parecidas permite que se reduzca el problema de padecer enfermedades o sufrir un rechazo a la hora de realizar un trasplante.
El parecido entre el corazón de un cerdo y el de un ser humano ha permitido ahora que se demuestre la posibilidad futurista de inyectar metal líquido en este órgano. Como vemos en la imagen superior, la diferencia entre la prueba de imagen con galio (izquierda) y la observación con contraste convencional (derecha) es evidente: las autopistas de nuestro órgano principal conforman una red absolutamente espectacular.
Imágenes | Bryan Brandenburg (Wikimedia), CMSRC (Wikimedia)
