En el marketing de contenidos el método 70/20/10 ofrece una guía para cualquier proyecto editorial, pero sus beneficios se pueden extrapolar a otros campos.
La clave del éxito del método 70/20/10 se basa en una diversificación planificada de los recursos existentes. Cualquier proyecto, ya sea nuevo o tenga una larga trayectoria a sus espaldas, necesita balancear sus esfuerzos. Esta regla cuyo nombre tiene una explicación más sencilla de lo que parece a primera vista se aplica al marketing de contenidos. Es una guía para saber cómo publicar en Internet, en qué emplear el tiempo y marcar unos límites. Pero sus dictados se extrapolan a otros ámbitos, como el de las redes sociales, y también pueden servir para como esquema para los pequeños negocios.
El método 70/20/10 no es más que un reparto de tareas en función de estos tres porcentajes: 70%, 20% y 10%. En principio puede pensarse que solo las empresas grandes pueden repartir de este modo los porcentajes, porque pueden permitirse dedicar solo el 70% de sus recursos al negocio principal, en lugar del 90% o el 100%, como requieren muchos pequeños negocios. Sin embargo, la norma que funciona en Internet puede ofrecer una forma novedosa de gestionar una pyme.
El 70% debe ser una apuesta segura
El 70% de los recursos deben dedicarse a lo que funciona. En marketing de contenidos esto se traduce en contenidos de calidad que tienen aceptación entre el público. Los responsables que escogen estos contenido saben qué es lo que los usuarios demandan, al igual que quien dirige un negocio conoce a sus clientes y lo que piden. Por tanto, es al negocio básico al que se tienen que dedicar ese 70% de recursos. En la gestión de redes sociales, donde también se utiliza con asiduidad el método 70/20/10, la mayor parte de la difusión se destina al contenido propio.
Un 20% orientado a buscar nuevo negocio
En marketing de contenidos este porcentaje se destina a generar leads, llamadas a la acción para los usuarios. Se trata de contenidos que requieren mayor esfuerzo y a cambio están mucho más cuidados. Sus objetivos son más ambiciosos. Si antes se pretendía continuar con el mismo ritmo, mantener la fidelización, ahora se pretende aumentar el grado de compromiso con los usuarios. En lugar de post se pueden hacer infografías, ebooks y contenidos en otros formatos, que se ofrecerán a cambio de una suscripción por email u otros datos relevantes.
En redes sociales esta parte puede dedicarse a difundir contenidos de otros proyectos, similares al propio, que darán a los perfiles una mayor objetividad y, por tanto, una mejor reputación. En cuanto a una startup o una pyme, cuando el negocio básico ya está montado y funciona, toda empresa, sobre todo con las condiciones tan cambiantes del mercado hoy en día, debe intentar ir un poco por delante. Dedicar el 20% de los recursos a otras actividades diferentes a la principal, con el fin de captar nuevos clientes o afianzar a los que ya tenemos, puede ser una buena fórmula.
Asumir riesgo con el 10% de capacidad
Si a la hora de hacer contenidos –y también a la hora de difundirlos en redes sociales– esto significa poner en práctica apuestas poco habituales, como vídeos o GIFs, incluso cambiar totalmente de temática, una pyme puede llevar a cabo propuestas arriesgadas. Podrán salir bien o mal, pero siempre tienen que estar orientadas a traspasar las fronteras del negocio principal. Eso sí, el método 70/20/10 lo dicta así: no debe dedicarse más de un 10% de los recursos a estas aventuras.
Imágenes: Jim Larrison y jurvetson