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Estos sensores detectan desde armas químicas a obras falsificadas

Científicos desarrollan unos sensores, basados en la espectroscopía Raman, que pueden detectar fácilmente enfermedades, armas químicas o falsificaciones.

Elmyr de Hory fue un pintor húngaro que vivía en la miseria, hasta que alguien compró una de sus obras, confundiéndola con un cuadro de Picasso. Ahí comenzaría la historia de uno de los falsificadores más importantes de las últimas décadas. Autor de más de mil lienzos, casi sin proponérselo llegó a ser expuesto en muchas galerías de arte con la firma de grandes pintores como Picasso, Modigliani o Degas.

La historia de la pintura se ha nutrido también del trabajo de múltiples falsificadores. Hory fue sólo un ejemplo, pero hubo mucho más artistas que se dedicaron a copiar a algunos de los más famosos autores, con el objetivo de aprovecharse económicamente. Pero las falsificaciones se han vuelto cada vez más sofisticadas. ¿Cómo diferenciar el original de la copia? La tecnología, en forma de sensores, puede ayudarnos.

Un estudio realizado por científicos de la State University of New York y de la Fudan University ha empleado la nanotecnología para mejorar una técnica puntera, más conocida como espectroscopía de Raman de superficie mejorada (MERS). Esta metodología se emplea desde la década de los setenta, aunque no es ampliamente comercializada por su elevado coste económico.

Esta «infrautilización» podría cambiar en el futuro gracias a la I+D+i. En un artículo publicado en Advanced Materials Interfaces, los científicos han dado a conocer un «sustrato universal» que podría abaratar los esfuerzos de producción y costes económicos de la espectroscopía Raman.

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Gracias a estos sensores, se podrían identificar fácilmente moléculas químicas «atrapando» su longitud de onda característica. ¿Y para qué serviría? Las aplicaciones de la tecnología MERS, que ya son muy variadas, podrían emplearse en la detección de armas químicas, la identificación de falsificaciones de arte o incluso en el diagnóstico de enfermedades.

Su funcionamiento, aunque complejo, puede entenderse de la siguiente manera: cuando un láser interactúa con una molécula, excita la muestra provocando un patrón de dispersión de la luz característico. Esta «huella» sirve para discernir entre una molécula u otra. Con el sustrato diseñado, estos sensores basados en Raman podrían atrapar una amplia gama de longitudes de onda, razón por la que se ha definido a la superficie como «universal».

Como explica Kai Liu, «los sensores podrían ayudarnos a detectar enfermedades como el cáncer, la malaria o el SIDA». Y es que todo aquello caracterizado por una simple molécula tendrá una huella química específica, que podrá ser determinada mediante esta tecnología.

Imágenes | Qiaoqiang Gan

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