¿Qué produce el olor a mar? ¿Y el aroma a tierra mojada? Estas fragancias, que podemos relacionar con las vacaciones en la playa o en la montaña, son cuestión de química, pero también de biología.
Si somos de los afortunados que ya hemos disfrutado de las vacaciones, probablemente ahora estemos añorando nuestros días desconectados de la rutina. Aquellos que todavía trabajan, seguro que sueñan con escaparse pronto a la playa o a la montaña para tomarse unas semanas de descanso.
¿Quién no recuerda ese imborrable olor a mar que asociamos con las vacaciones? Para los que prefieren la tranquilidad de la montaña, seguro que su memoria les devuelve la sensación de la lluvia de verano y el olor a tierra mojada. En ambos casos, seamos de playa o de montaña, la química juega un papel esencial en nuestro cerebro, ya que asocia ciertos olores a determinados recuerdos estivales.
¿Pero qué produce el olor a mar? ¿Y la sensación de tierra mojada tras una intensa lluvia veraniega? Los organismos vivos escondidos en las profundidades marinas o en el suelo son los responsables de determinadas sustancias químicas asociadas a olores específicos. Porque todo es cuestión de química, pero también de biología.
Un alga, responsable del olor a mar
En el caso del inconfundible olor a mar, un alga unicelular llamada Emiliania husleyi juega un papel fundamental. Este organismo fabrica y acumula en su interior el compuesto químico dimetilsulfoniopropionato. Esta acción no es casual, sino que el proceso le sirve al alga para «combatir» la elevada concentración de sal que tiene el agua del mar.
Al almacenar dimetilsulfoniopropionato, este organismo evita la ruptura lítica que se produciría por la salinidad del agua marina. Sin embargo, este compuesto químico no permanece siempre ahí, sino que puede pasar a la atmósfera en forma de sulfuro de dimetilo. Hasta hace pocos los investigadores no sabían cómo ocurría este proceso, pero un nuevo trabajo publicado en Science ha demostrado que la proteína Alma1 sería clave en esta actividad.
Para demostrarlo, según publican en Wired, los investigadores colocaron el gen de esta proteína en una bacteria llamada Escherichia coli, que es incapaz de producir por sí misma el sulfuro de dimetilo. Mediante la ingeniería genética, los científicos «cortaron y copiaron» las instrucciones genéticas, y vieron cómo el microorganismo era capaz de producir en el laboratorio el mismo olor a mar que notamos cuando estamos en la playa.
Tras la lluvia, el olor a tierra mojada
Otro tipo de organismos vivos son los responsables del inconfundible olor a tierra mojada. Después de un día de lluvia, todos hemos percibido alguna vez ese aroma, que podemos asociar a las vacaciones veraniegas en plena montaña.
En este caso, el responsable no es un alga unicelular, sino la bacteria Streptomyces coelicolor. El microorganismo produce una sustancia química conocida como geosmina, gracias a la actividad de una única proteína. Como explican desde la Royal Society of Chemistry, el olfato humano es extremadamente sensible a este compuesto químico al detectarlo incluso a bajísimas concentraciones.
Pero esta bacteria no sólo nos interesa por la producción del olor a tierra mojada. Las especies del género Streptomyces son también grandes aliados de la medicina, pues durante décadas nos han servido como auténticas fábricas de antibióticos. Ahora que llega el verano, resulta curioso sorprendernos con las maravillas que nos regala la naturaleza, y así guardar en nuestra memoria los olores producto de estas simples pero inolvidables reacciones químicas.
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