BigDelta es el nombre de esta gigantesca impresora 3D que permite levantar casas gracias a su estructura de 12 metros de alto.
La construcción es uno de los terrenos donde se está metiendo la impresión 3D. Las posibilidades que ofrece para paliar los problemas de habitabilidad en el mundo ha sido un estímulo para que varias empresas investiguen formas de emplear esta tecnología para levantar viviendas e incluso edificios. El de BigDelta es uno de los proyectos que nace con este objetivo. Se trata de una impresora 3D montada en una estructura de 12 metros que ha fabricado la empresa italiana WASP.
Lejos de significar avispa, WASP son las siglas de World’s Advanced Saving Project. Esta compañía originaria de Italia ha fabricado una impresora 3D de dimensiones colosales en comparación con las máquinas de las que estamos acostumbrados a hablar. Son 12 metros de estructura metálica en vertical, que permiten el movimiento de una boquilla para que escale posiciones y vaya completando la vivienda.
BigDelta, que es el nombre de esta impresora 3D, utiliza diferentes materiales para la construcción, desde arcilla a barro, pero eso sí, con un refuerzo de aditivos químicos, con el fin de que las edificaciones tengan mayor fortaleza. Está preparada para producir las casas capa a capa, como cualquier otra máquina que use el mismo tipo de tecnología a menor escala. La boquilla se mueve dentro de los límites marcados por la estructura metálica y se acopla asegún las necesidades del diseño.
La boquilla actúa asimismo como una especie de hormigonera, rotando continuamente para que los materiales estén bien mezclados. Sorprendentemente, todo el mecanismo requiere de muy poca energía para funcionar, pues se pone en marcha con unas cuantas decenas de vatios.
La idea de BigDelta es que sirva para fabricar casas en serie, de forma que se alivien los problemas que existen en lugares donde la alta densidad de población supera al número de viviendas. De hecho, la propia empresa apunta que en 2030 el crecimiento acelerado de la población hará que más de 4.000 millones de personas vivan con ingresos de menos de 3.000 dólares al año.
Evidentemente la pobreza de estos ingresos hará difícil que estas personas puedan construirse casas como se ha hecho hasta ahora. Mientras que soluciones como BigDelta pueden ofrecer viviendas más baratas y de rápida construcción. Aunque no es el único supuesto en el que la tecnología podría ser útil. WASP también piensa en emplearla en casos de grandes desastres, para volver a levantar alojamientos en ciudades derruidas.
Imágenes: WASP