La Universidad de Stanford ha construido un DeLorean autónomo con motivo del aniversario de Regreso al futuro. El coche es mucho más que un homenaje.
Estos días en torno al 21 de octubre Internet ha estallado en homenajes a la saga ‘Regreso al futuro’, coincidiendo con la fecha a la que viajan los protagonistas en la segunda entrega cinematográfica. En la Universidad de Stanford llevan tiempo gestando su propio homenaje. Se trata de un proyecto de conducción autónoma que tiene como base a un DeLorean, el coche que se utiliza en la película como máquina del tiempo. En este caso es un vehículo que se conduce sin intervención humana y además en una forma extrema.
El DeLorean autónomo construido por el Revs Center de la Universidad de Stanford no es un vehículo destinado al uso comercial ni mucho menos. Tampoco sigue los esquemas básicos que se pueden encontrar en tecnologías que fabricantes como Mercedes, Ford o Tesla están sacando a relucir.
La máquina que han construido en la Universidad de Stanford, por ejemplo, no tiene sensor LIDAR para detectar los objetos a su alrededor. En cambio, está equipado con un sistema GPS que mide su posición y sensores de medición inercial, que detectan el movimiento. El DeLorean autónomo está preparado para reconocer el entorno y llevar a cabo una conducción extrema.
El objetivo a largo plazo es comprobar cómo un coche autónomo puede desenvolverse con soltura en un amplio abanico de situaciones extremas, lo que incluye girar repentinamente para evitar un obstáculo o recuperarse si patina. El pasado año BMW y Audi mostraron sendos prototipos capaces de realizar maniobras de este tipo, que hasta el momento solo las podía hacer un humano.
La teoría es que estas maniobras son difíciles de aprender para una persona, pero un sistema informático sí se puede programar con facilidad para que realice este tipo de movimientos. Los investigadores llevan con el proyecto en marcha desde el año 2013, cuando compraron un DeLorean por 22.000 dólares.
Escogieron el vehículo porque era futurista. Pero esto no bastaba y han tenido que realizar una serie de modificaciones para adaptar el coche a la conducción autónoma extrema. Entre los retoques que han hecho está la introducción de componentes eléctricos, para lo que han trabajado con la startup Renovo, especializada en coches eléctricos.
Imágenes: flashinglens y Universidad de Stanford