El Instituto de Ciencias del Espacio participa en un proyecto europeo para desarrollar nanosatélites que ayuden a desviar asteroides en caso de que estos fueran una amenaza para la Tierra.
Junto con la basura espacial, los asteroides son una de las amenazas que se ciernen sobre nuestro planeta. El paso de la «gran calabaza de Halloween», denominado técnicamente 2015 TB145, fue un gran ejemplo de que este tipo de objetos pueden sorprendernos y poner en peligro la Tierra.
Este es el motivo por el que las agencias espaciales se han propuesto en los últimos años mejorar la detección de los asteroides y, en último caso, contar con medios adecuados para desviarlos si fuera necesario. Los datos obtenidos gracias a la observación de 2015 TB145, que pasó a una distancia similar a la que separa la Tierra de la Luna, también permiten desarrollar estrategias para evitarlos en el futuro si hubiera una probabilidad razonable de colisión.
Una de esas iniciativas tiene como protagonista al Instituto de Ciencias del Espacio, perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El centro ha sido recientemente seleccionado para el programa COPINS de la Agencia Espacial Europea (ESA), que tiene como objetivo lanzar unos nanosatélites al espacio alrededor del asteroide 65.803 Didymos.
Los nanosatélites han recibido el nombre de CubeSats y cuenta con una forma de prisma rectangular de 10 centímetros de alto y ancho, 30 cm de largo y unos 3 kilogramos de peso. Su lanzamiento, dentro de la misión internacional AIDA (en la que también participa la NASA), permitirá por primera vez probar tecnología in situ para desviar asteroides.
Aunque solo una minúscula fracción de los asteroides que están en el cosmos podrían representar una amenaza para la Tierra, lo cierto es que «es mejor prevenir que curar». En ese sentido, el Instituto de Ciencias del Espacio participará en la construcción de dos nanosatélites que nos permitirían obtener datos acerca de la magnetización, la composición química o la temperatura que alcanzarían las sustancias que se desprenderían en caso de impacto de los asteroides. Lo hará mediante el diseño y desarrollo de dos instrumentos clave: la cámara y el espectrómetro vídeo que irán acoplados a los nanosatélites que orbitarán alrededor de 65.803 Didymos.
Los proyectos ahora seleccionados forman parte de una iniciativa conocida como Asteroid Impact Mission. Las agencias espaciales de Europa y Estados Unidos lideran así sendos trabajos para estar preparados frente a una hipotética amenaza, y ser capaces de contar con tecnología eficaz para desviar los asteroides si estos fueran peligrosos para nuestro planeta.
Imágenes | NASA/JPL-Caltech (Wikimedia)