¿Una película cabe en una molécula? Esto es lo que hace posible el ADN artificial.
El término technicolor normalmente hace referencia a un método para hacer cine en color que se creó a principios del siglo XX. Títulos memorables como ‘El mago de Oz’ o la versión de Robin Hood protagonizada por Errol Flynn tienen el sello de esta técnica, que se hizo famosa en los primeros años en los que el color empezaba a despuntar en Hollywood. Sin embargo, Technicolor también es el nombre de una empresa, la que tiene los derechos para utilizar este método y que el pasado año cumplió un siglo de vida. La compañía ha celebrado su aniversario de forma muy especial.
Technicolor fue adquirida en 2010 por el grupo francés Thomson Multimedia, pero el nombre de la primera era tan conocido que la empresa gala rebautizó la compañía surgida de la unión con el nombre del legendario estudio hollywoodiense. Este cumplía un número redondo en 2015 y había que hacer algo que mereciera la pena. Se optó por experimentar con el almacenamiento de las películas, aquellos títulos antiguos que deben ser conservados, pero que a mayoría de las veces ocupan espacio en una estantería larga de un vasto almacén.
La empresa ha comenzado a codificar la información de algunas de sus películas en forma de ADN artificial. Y están convencidos de que es el futuro del almacenamiento de los datos digitales. El proceso –que sigue las directrices de una investigación de Harvard, que logró introducir 5,5 Petabytes en un solo gramo de ADN– consiste en meter la información en una estructura de doble hélice compuesta de químicos.
Así, el equipo de Technicolor ha comprimido el título ‘Un viaje a la Luna’ en forma de unos y ceros y lo ha introducido en una estructura de ADN artificial. Para leer los datos no hay más que secuenciar la molécula de ADN, de la misma forma que se hace con una muestra genética.
Teniendo en cuenta que las majors de Hollywood guardan archivos inmensos de películas, que ocupan grandes espacios, el ADN artificial podría ser un nuevo método de almacenamiento, que permitiría guardar todo el archivo cinematográfico en unos pocos centímetros cuadrados.
Una solución de futuro para el almacenamiento
El problema del almacenamiento es patente hoy en día. A cada momento se genera una cantidad enorme de información que es almacenada en centros de datos de todo el mundo. Pero este crecimiento es exponencial y empuja la necesidad de construir nuevas instalaciones y crear servidores que puedan almacenar más datos.
Las memorias en estado sólido están capeando la avalancha de datos por ahora. Su combinación con los discos duros tradicionales permite a los servidores almacenar más información en un espacio más reducido –aparte de sus otras ventajas– pero la tecnología actual no es una solución a futuro que pueda servir dentro de varias décadas. De ahí que se esté investigando en métodos para multiplicar la información que puede contener una memoria SSD.
La aproximación del ADN artificial es completamente distinta. Inspirada en la naturaleza, busca la forma más eficiente de almacenamiento conocida. Gracias a este sistema es posible almacenar una película en simple molécula. Eso sí, el método requiere perfeccionamiento. Comprimir ‘Un viaje a la Luna’ en ADN artificial llevó seis semanas de trabajo y decenas de miles de dólares.
Imágenes: orig4mi y Time Warner