Es el motor más pequeño del mundo y su tamaño sería comparable a una hormiga reducida a su millonésima parte.
Un equipo de científicos de la prestigiosa Universidad de Cambridge, en Reino Unido, han creado lo que según apuntan ellos mismos es el motor más pequeño del mundo. Su tamaño, que sería un millón de veces menor que el de una hormiga, entra dentro de la nanoescala, como no podía ser de otra manera. En estas dimensiones que escapan al ojo humano no hay pistones ni bombas de propulsión y solo existe la posibilidad de jugar con la mecánica de la química.
El desarrollo que han llevado a cabo los investigadores de Cambridge se basa en tres elementos fundamentales: el uso de partículas de oro, un gel de polímero acuoso y el empleo del láser.
Los científicos incrustaron las partículas de oro en el gel de polímero y a continuación proyectaron el láser sobre este. El efecto del haz calienta el gel de manera que el agua que contiene es expulsada del conjunto, de manera que las partículas de oro se acercan más entre ellas. Esta aproximación se intensifica debido a las fuerzas de Van der Waals.
El principio de las fuerzas de Van der Waals determina la atracción entre moléculas neutras y en este caso tiene la suficiente fuerza como para terminar de aglutinar a las partículas de oro. Sin embargo, cuando el gel de polímero se enfría absorbe de nuevo el agua y las partículas de oro se separan violentamente. Uno de los autores que firman el paper (publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences), Tao Ding, califica este proceso como una explosión.
Lo que ocurre en ese momento es que cientos de partículas de oro saltan por los aires en la millonésima parte de un segundo al ser disparadas por la entrada del agua. Este proceso se puede repetir una y otra vez, de forma que se crea un movimiento de concentración y expansión constante, similar al que se puede encontrar en un resorte mecánico.
Los científicos creen que este proceso se puede utilizar para hacer funcionar un motor a nanoescala, de manera que se podría proporcionar movimiento mecánico a una estructura de tamaño pequeñísimo. Si bien el progreso es reseñable, las aplicaciones reales que puede tener este desarrollo en estos momentos están aún por ver. Aunque los investigadores no se resisten a mencionar la creación de ‘nanobots’.