Vivimos en un proceso constante de transformación digital. La tecnología ha cambiado nuestro día a día: La forma en que realizamos nuestras compras, en que nos comunicamos entre nosotros, la forma de viajar y de ver la televisión… todo ha cambiado en el usuario final.
Y como no podía ser de otra manera, lo mismo está ocurriendo en la empresa. La tecnología facilita que los procesos de la empresa se agilicen y respondan más rápidamente a las necesidades de los clientes. El desarrollo de un nuevo servicio o de un producto se puede acelerar gracias a la flexibilidad de las infraestructuras y a las plataformas ágiles de desarrollo. Un equipo de compañeros puede trabajar distribuido gracias a las nuevas herramientas de comunicación a su alcance, y una campaña de Marketing puede ponerse en marcha en cuestión de horas a través de redes sociales.
Es por eso que parece aceptado que hoy en día no triunfarán los más grandes, sino los más rápidos. Aquellos que consigan desarrollar y entregar antes sus productos y servicios al cliente serán los que consigan mayor cuota de mercado.
Aquí las empresas de nueva creación llevan ventaja, son lo que se denomina empresas Nativas Digitales, que llevan en su ADN una forma ágil y flexible de trabajar. Hay quien diría que juegan con ventaja, ya que no tienen las cargas, tanto en procedimientos como en tecnologías que tienen aquellos que llevan años en su negocio, pero lo cierto es que todas aquellas empresas que no han nacido en la era digital han de transformarse y adaptarse a esta nueva forma de hacer las cosas.
Pero claro, no estamos hablando de algo sencillo, lo primero que debe cambiar son los procesos de la empresa para adaptarse a la nueva manera de trabajar, de la misma manera que hace años se adaptaron al uso del email o de los procesos en SAP.
¿Y para soportar esos nuevos procesos? Las tecnologías de la empresa deben ser flexibles. De nada sirve acelerar el desarrollo de un producto, o lanzar una aplicación móvil si no tengo una plataforma dónde alojarlo al ritmo que mis clientes demandan. Además el puesto de trabajo debe transformarse, para permitir al empleado tener más movilidad y más herramientas de colaboración, siendo más productivo.
Estos dos cambios redundarán en un tercero, de una importancia vital: Las empresas serán capaces de cambiar sus modelos de negocio. Cambiarán la forma en que se relacionan con sus clientes, quizás ampliando sus fuentes de ingresos, o quizás siendo más ágiles a la hora de monetizar los ingresos tradicionales.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, podríamos definir la transformación digital como:
“El realineamiento de tecnología, modelos de negocio y procesos con el fin de crear valor a los clientes y empleados en una economía digital cambiante.”
El objetivo está claro. Ahora toca emprender el viaje y para ello, Telefónica lanza una propuesta de trasformación a sus clientes: Living Cloud.
Una propuesta que parte de una metodología de transformación y propone líneas de actuación en 3 ejes:
Procesos en la Nube: El objetivo es transformar las infraestructuras de la empresa, dotándolas de agilidad y flexibilidad y fomentando los modelos de consumo como servicio buscando eficiencias para impactar en los resultados de negocio.
Gracias a las Plataformas como Servicio ofrecemos al cliente la posibilidad de desplegar sus aplicaciones de una forma flexible, acelerando el time to market de sus procesos de negocio y mejorando las eficiencias en costes gracias a los modelos de pago por uso.
Escritorio en la Nube: Las empresas necesitan aumentar la productividad del empleado. El objetivo es transformar el día a día del empleado permitiendo su movilidad gracias a escritorios virtuales, gestión de dispositivos móviles y una gestión centralizada.
Comunicaciones en la Nube: El objetivo es transformar las comunicaciones para permitir que estas se adapten al ritmo de la empresa y además fomentar la colaboración de los empleados.
Con todo esto, estaremos más cerca de conseguir empresas digitales, capaces de sacar el máximo partido de sus procesos y focalizar todos sus esfuerzos en dar el mejor servicio a sus clientes. El cambio es inevitable y está en nuestras manos. Es el momento de decidir cómo queremos que sean las empresas en 5 años.