Cuando se termine su construcción, la granja vertical de Nueva Jersey diseñada por AeroFarm será la más grande del mundo.
La empresa AeroFarms, con sede en Newark (en el estado de Nueva Jersey), se dedica a la agricultura en vertical. Esto significa crear cultivos en lugares cerrados, de manera que la superficie cultivada aumente porque las plantas hacia arriba, no en horizontal. Evidentemente también quiere decir que se necesita una red de iluminación LED intensiva. Sin embargo, tiene ciertas ventajas sobresalientes. Hay algunos ejemplos de este tipo de ‘granjas verticales’ (del inglés, vertical farms) en todo el mundo, pero ahora mismo está en construcción una que se convertirá en la más grande de todas ellas con diferencia.
El proyecto lo lleva a cabo AeroFarms, también en Nueva Jersey, y es un complejo que tendrá una superficie de 6.500 metros cuadrados. Esta cifra no da una idea de la superficie cultivada que podría llegar a haber dentro de las instalaciones, pues una granja vertical despliega los cultivos en una suerte de estanterías –de ahí su denominación– que multiplican la cantidad de plantas que crecen en el interior.
Cuando esté terminada se espera que la nueva fábrica produzca 1.000 toneladas de verduras de hoja verde al año. Mientras tanto, para hacerse una idea de cómo son estas auténticas fábricas de la agricultura AeroFarms muestra otras de sus instalaciones, de casi 2.800 metros cuadrados. En Japón la empresa Mirai abrió una de estas instalaciones en una antigua fábrica: su tamaño es de 2.300 metros cuadrados.
En este complejo se cultivan 350 variedades de verduras de hoja verde en toda la superficie, que se eleva en varias alturas a través de los nueve metros que hay hasta el techo. La producción se vende a restaurantes y supermercados locales.
El método de producción de AeroFarms ha resuelto uno de los problemas para hacer crecer cultivos en el interior. Se trata de la falta de oxígeno en las raíces. Descubrieron que rociando la estructura de las raíces con nutrientes se mejora la oxigenación y, de la mano, el rendimiento.
Los responsables de la empresa aseguran que un cultivo en vertical consume un 95% menos de agua que un cultivo tradicional. En sus instalaciones no usan herbicidas ni pesticidas porque tienen un entorno en condiciones de higiene controladas. Y los cultivos crecen en ropa reutilizable, de plástico reciclado, en vez de en terreno propiamente dicho.
Sin el sol, estos cultivos obtienen la luz necesaria de filas y filas de LED. Y es que las plantas no necesitan todos los espectros de luz, como el amarillo. Contando con esto, la gente de AeroFarms reduce ciertos espectros y controla el nivel de luz óptimo para los cultivos, con el fin de que puedan crecer durante todo el año.
El impacto en el medio ambiente de este tipo de agricultura es menor. Se necesita menos agua y, según un portavoz de AeroFarms, el 70% de la contaminación del agua proviene de la agricultura. Por si fuera poco, también el 70% del agua se utiliza para nutrir este sector y en los últimos 40 años un tercio de los terrenos de cultivo han quedado degradados a causa de la intensidad de los mismos.
Las granjas verticales pretenden representar una nueva forma de alimentar a las grandes ciudades superpobladas sin usar tanto terreno ni tanta agua. También contribuirían a emitir menos gases de efecto invernadero, pues los alimentos no se tendrían que transportar tantos kilómetros, del campo a la ciudad. La idea está teniendo cierta acogida. No solo en Japón hay instalaciones de este tipo, también en Reino Unido, Vancouver, en Singapur o en Panamá.
Imágenes: AeroFarms