La serie Silicon Valley cuenta la historia del nacimiento de una startup en medio del competitivo escenario tecnológico estadounidense.
Las palabras Silicon Valley suenan a emprendedores, tecnología punta y dinero. Estos son los ingredientes que la serie homónima ha mezclado y agitado para sacar un producto de humor desternillante, aunque, eso sí, parte de la hilaridad da por sobreentendida la cultura de las startups. A quien esté vinculado profesionalmente a este ámbito o al sector tecnológico le resultará familiar ver cómo un grupo de personajes se debate para crear una startup a partir de una buena idea.
Pero el público potencial de la serie Silicon Valley no es solo aquel que conoce el mundo de las startups. Los creadores le han dado a la historia un matiz lo suficientemente universal como para llegar a una audiencia amplia. Los personajes principales son jóvenes que colaboran para sacar adelante un proyecto arriesgado. Tienen una entrada abrupta en el mercado laboral y se enfrentan a éxitos y fracasos por igual.
Silicon Valley ha escogido el nacimiento de una startup como tema para deshojar la cultura de ese selecto lugar que en todo el mundo se percibe como la tierra prometida para el emprendedor. La serie no deja de ser una crítica en clave de humor a un mundo vertiginoso en el que muchas veces se confunde el hacer negocios con cumplir sueños. De hecho una de las frases que más se repite con sorna en la serie es ‘making the world a better place’. Todos están allí para hacer del mundo un lugar mejor, como si el negocio fuera siempre secundario.
Silicon Valley al desnudo
La serie empieza en una incubadora de startups. Pero rápidamente el espectador comprueba que esto no es Techstars ni Y Combinator. Se trata de una casa particular, la de un tipo falto de talento –pero sobrado de ego– que vendió su empresa hace tiempo y ahora se dedica a buscar jóvenes promesas. Selecciona proyectos y a sus creadores les da alojamiento y un sitio de trabajo a cambio de un porcentaje de su futura empresa.
Da la casualidad de que uno de estos proyectos vale la pena. Se trata de un algoritmo de compresión para que los archivos reduzcan drásticamente su tamaño, de manera que se necesiten menos espacio para almacenarlos y pesen menos para transportarlos. A partir de aquí todos empiezan a trabajar para que el producto salga adelante. La serie aborda los diferentes tragos que tiene que pasar una startup, incluida la lucha por la financiación, la competencia de empresas grandes, juicios para entorpecer el desarrollo o intentos de compra, entre otras zancadillas.
Silicon Valley, que se puede ver en Movistar +, tiene de momento tres temporadas, aunque la HBO, que emite en Estados Unidos y forma parte del equipo de producción, ya ha anunciado que habrá una cuarta.
Imágenes: HBO