Un equipo de ingenieros ha creado una cámara que solo utiliza un fotón para cada píxel de la imagen.
Sacar fotos en la oscuridad es una tarea difícil. El flash es una opción que no sirve en muchos casos, especialmente para captar el fondo, y no siempre gusta el resultado que produce su iluminación. Nada como la luz que está en el cuadro antes de sacar la fotografía. Para obtener hasta el último residuo lumínico los fotógrafos juegan con el ISO, el obturador y la velocidad según convenga a sus propósitos.
Los resultados no siempre son todo lo buenos que gustaría. De ahí que un equipo de científicos de varios centros académicos de Boston, como el College of Engineering de la Universidad de Boston o el MIT, haya creado una cámara destinada a obtener un rendimiento más eficiente en la oscuridad.
Se trata de un dispositivo que produce imágenes empleando un fotón por cada píxel. Consiste en un conjunto de 1.024 elementos detectores de luz, que permiten a la cámara tomar múltiples medidas simultáneamente para obtener información de una forma más eficiente.
El dispositivo surge de combinar una cámara SPAD (un fotodetector capaz de registrar señales de luz de muy baja intensidad) con nuevos algoritmos estadísticos. La novedad precisamente se encuentra en el software, pues otros sistemas SPAD no habían alcanzado antes la misma eficiencia a la hora de captar fotones.
Múltiples aplicaciones, todas alejadas de la fotografía de consumo
La nueva cámara podría encontrar grandes oportunidades en el ámbito comercial, pero esto no quiere decir que vaya a llegar a las cámaras de fotografía que se venden como productos de consumo. Sin embargo, uno de los campos donde la tecnología podría tener sus primeras aplicaciones es el de sensores de larga distancia. Dentro de estos entra todo lo que tiene que ver con la captación y el modelado de mapas, así como los usos militares que se les da a los fotodetectores.
Hay otra aplicación donde esta cámara que capta un fotón por píxel podría marcar diferencias. Se trata de algo de lo que se está hablando mucho en los últimos años y son los coches autónomos. Para que la conducción automática sea fiable uno de los aspectos que tiene que estar afianzado lo más sólidamente posible es el de la captación de datos.
Los coches autónomos captan una gran cantidad de información constantemente y esta tiene que llegar en tiempo real al cerebro del vehículo para que este tome las decisiones oportunas. Los sensores de proximidad, los radares o LIDAR se complementan con un elemento fundamental, las cámaras. Y la tecnología creada por estos investigadores permitiría adquirir información de forma más rápida, un factor clave para acelerar la toma de decisiones autónoma.
Imágenes: Dakiny, zeriphonthereal