No existe un estándar de carga en lo que se refiere a los coches eléctricos sino que son múltiples los protocolos que coexisten.
Ahora que los coches eléctricos están comenzando a despegar tímidamente se presenta un problema: no hay un estándar de carga sino que diferentes protocolos dependiendo de las regiones y de los fabricantes de automóviles. Mientras que en Japón se apostó por el protocolo CHAdeMO, en Estados Unidos y en Europa establecieron el CCS como propuesta de estándar. Por cierto, el supercargador de Tesla es otro protocolo distinto.
Los coches eléctricos necesitan puntos de carga rápida para que su utilización tenga más sentido. No es muy cómodo tener que esperar 20 minutos hasta que se cargue un vehículo, así que mucho menos lo es tener que esperar varias horas.
De ahí que los fabricantes de coches hayan acordado protocolos mediante los que hacer efectiva la carga rápida. El problema viene cando son varias las tecnologías que se están empleando para este objetivo. No existe un estándar que aglutine a todos bajo un mismo paraguas.
Uno de los protocolos de carga más extendidos es CHAdeMO. Y lo es porque proviene de un consorcio constituido por fabricantes japoneses de automóviles, que se formó en 2010 e incluye a Nissan, Mitsubishi, el conglomerado Fuji Heavy Industries (propietario de la marca Subaru) y Toyota. Debido a que el Nissan Leaf ha sido un coche eléctrico pionero, su protocolo está presente en muchas estaciones de carga.
La iniciativa de los fabricantes de motor alemanes –pesos pesados de la industria– se llama Combo Charging System o CCS. Aquí también han entrado algunas compañías estadounidenses, pues el protocolo se ha desarrollado en torno al conector SAE J1772, que ya se usaba en Estados Unidos cuando se fijó esta tecnología de carga. BMW, Daimler, las marcas del grupo Volkswagen, General Motors y Ford acordaron fabricar con este pretendido estándar de carga.
Por su parte, Tesla ha desarrollado su propia tecnología, los llamados supercargadores. No son compatibles con el resto de protocolos, aunque sus vehículos se pueden conectar a puntos de carga CCS a través de un adaptador. La compañía también vende otro adaptador para que sus coches puedan conectarse a las estaciones con el protocolo CHAdeMO. Sin embargo, no ha construido ningún adaptador en sentido contrario, que permita a otros vehículos usar sus supercargadores.
En China han desarrollado otro protocolo, el GB/T, que también difiere del resto y se orienta a su mercado interno. Todas son opciones válidas pero cada una marca su propio camino en lugar de dirigirse hacia la constitución de un estándar de carga.