Hadrian X es un robot que no requiere de humanos para construir una casa pequeña en dos días.
Aunque parezca increíble, un robot del tamaño y forma de un camión junto con un brazo de casi 30 metros con el que actuar es capaz de montar una casa en dos días, con movimientos que superan 4 veces la velocidad de humanos en el proceso, y es que puede distribuir 1000 ladrillos por hora, aunque la auténtica clave es que, a diferencia de los humanos, el robot no tiene que descansar. Es, sin duda, el aspecto que más hará cuestionar el trabajo humano frente al robótico en las próximas décadas.
Hadrian X, que es como la compañía australiana Fastbrick Robotics Limited ha bautizado a su «pequeño», mostró de lo que es capaz al construir una pequeña edificación dentro de un almacén, tal y como se ve en el vídeo. Gracias a su brazo retráctil puede encargarse de construir en cualquier terreno, simplemente teniendo que ser aparcado donde se necesite.
Hadrian X puede, además, cortar, moler y adecuar los ladrillos antes de colocarlos definitivamente. Cargado con palets de ladrillos, Hadrian X los va colocando en una cinta transportadora, y luego les suministra el adhesivo que les hará fijarse los unos a los otros. Pero, ¿cómo está programado Hadrian X? Es más sencillo de lo que parece. Mediante un software de CAD en 3D se dirige el brazo, que tiene integrado un medidor láser para controlar que los ladrillos se depositan con total precisión.
Gracias al adhesivo, Hadrian X no necesita parar tras acabar una parte para pornerse «manos a la obra» con otra. Se elimina la necesidad de tener a una persona pendiente y ayudando, ya que el trabajo de perfeccionamiento es perfecto para la máquina. Queda por ver, eso sí, la calidad y durabilidad de una casa frente al cemento tradicional, aunque hay zonas poco problemáticas donde esta velocidad de montado puede ser más importante que cualquier otro factor.
Lo que está claro es que, aunque aún cueste imaginarlo, habrá robots para todo, y el de Hadrian X es uno de los mejores ejemplos en la construcción. El futuro pasará, obviamente, por un tamaño mucho menor. Pero es una gran aproximación a cómo puede mejorar la productividad.