La realidad virtual más real engañará a tu cerebro en sabores y texturas cuando comas

Mediante electrodos y otras ingeniosas soluciones en realidad virtual, el fin del azúcar, por ejemplo, puede estar más cerca, ya que investigadores están luchando por simular su sabor en la boca.

Hemos visto de todo en realidad virtual, y las grandes posibilidades son las que aún están en el horno, esperando a ser lanzadas en el momento en el que las opciones de masas como PlayStation VR, Oculus o Vive. Porque no hay que engañarse, sin una masa crítica y penetración de los kits de videojuegos, no llegará más avance significativo. Las investigaciones continúan trayendo grandes promesas como la posibilidad de masticar y experimentar el sentido del gusto. Aunque suena a locura, no lo es.

Nimesha Ranasinghe y Ellen Yi-Luen Do llevan muchos años experimentando con vías para hacer sentir a las personas estar comiendo algo que no está ahí realmente, particularmente en cuanto a sabores, donde han tenido problemas para simular los dulces frente a otros más cercanos a lo salado. No es algo que pudieran pasar por alto, ya que uno de los objetivos de su trabajo es buscar la manera de superar la dependencia que actualmente se tiene del azúcar, para conseguir sabores dulces sin efectos a largo plazo para la salud.

Sin embargo, el gran avance se ha dado en la Universidad de Tokyo, donde han presentado un dispositivo que utiliza la electricidad para estimular la sensación de no sólo estar mascando, sino de experimentar con texturas gracias a situar electrodos en el músculo maseter, el que utilizamos para mascar y morder. Ahí el sistema ofrece sensación de dureza o viscosidad conforme el usuario muerde, hasta el punto de que el usuario que no tiene nada en la boca cree estar comiendo algo.

Para que la textura fuese más fuerte, estimulan el músculo a una frecuencia más alta, mientras que un impulso eléctrico más fuerte simular un textura más elástica. Esto, sin buscar más factores, ya es suficiente para que el hallazgo sea una gran noticia incluso si se ingiere comida normal, pues muchas personas toleran sabores, pero no ciertas texturas de la comida, y viceversa.

Una realidad virtual más invisible, o simplemente una solución independiente para confundir a los sentidos ayudaría a mejorar la alimentación de millones de personas, tanto para aquellas que pueden elegir como por las que sufren alguna patología y no pueden masticar voluntariamente. La investigación continuará para intentar añadir más músculos al sistema, lo que daría la posibilidad de crear más texturas e incluso proporcionar sonido, clave en la inmersión.

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