La policía de Dubai ha incorporado a sus filas a una unidad robótica. Se trata de un androide REEM, diseñado en España. De momento no tiene desarrolladas capacidades policiales más allá de tramitar denuncias y facilitar el trabajo de la policía. Sin embargo, de cara a 2030 se espera que los droides sean un 25% del cuerpo de policía, y que puedan actuar como un policía normal.
Oficialmente ya está aquí. Un policía robot se prepara para luchar contra la delincuencia. RoboCop, por fin, existe. El proceso no ha sido tan traumático, el agente Murphy no ha sido asesinado. La base del prototipo no es un cuerpo humano, sino el robot humanoide REEM, de diseño español. Además Dubai, la ciudad en la que se ha desplegado este mes de mayo, tiene mucho más de Delta City que de Detroit.
De momento, el prototipo no tiene tantas funcionalidades como el ciborg de la película de Verhoeven. Básicamente va a servir para recibir denuncias de los ciudadanos, que reportará a policías humanos. En palabras del Brigadier Khalid Nasser Alrazooqi, director general del Departamento de Servicios Inteligentes de la Policía de Dubai, “el robot va a ser un servicio interactivo para la gente”. Otras de sus funciones consistirán en recibir preguntas de los ciudadanos, cobrar multas y resolver consultas policiales. Tras un periodo de prueba se entregarán más robots. Se les podrá encontrar en las atracciones turísticas, centros comerciales y también como recepcionistas en comisarías de policía.
El aspecto de estos robots dista mucho de la montaña de músculos metálicos que es RoboCop. Los REEM son más bien una especie de centauros, mitad humanoide mitad tostadora con ruedas. Todo ello en plástico blanco brillante que le da un aire de lo más amable. Este diseño de la empresa española PAL Robotics, presentado en 2011, pesa casi 100 kg y mide 1,67 cm de altura. Además habla, de entrada, 9 idiomas.
La idea del departamento dubaití de policía es contar con un 25% de plantilla robótica para el año 2030. Por el momento son incapaces de arrestar o perseguir sospechosos, aunque Alrazooqi dice que intentan crear “un robot totalmente funcional que pueda trabajar como un policía normal”. Pero definitivamente no están pensando en un RoboCop, ya que se han marcado una línea roja clarísima: no van a manejar ningún arma.
Robots en el mundo
El campo de la Inteligencia Artificial para la seguridad sigue desarrollándose en diferentes países. Este febrero China puso en funcionamiento el E-Patrol Sheriff —que parece una mezcla entre Hal-9000 y una máquina de agua—. Se trata de un modelo capaz de cotejar las caras que encuentra con las bases de datos policiales. De esta manera, si se cruza con un sospechoso, le seguirá —quizás ofreciéndole agua fresquita— hasta que llegue la policía. Más amenazante resulta el androide ruso FEDOR. Esta máquina, lejos del carácter reflexivo del Raskolnikov de Fédor Dostoyevski, es más bien una especie de Terminator que levanta pesas, conduce coches y dispara a matar con una precisión pasmosa. Su razón de ser, aparentemente, tiene que ver con los viajes espaciales.
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Todo esto genera bastantes cuestiones éticas. ¿Dónde están los límites? Ya hace 75 años que Isaac Asimov formuló sus Tres leyes de la robótica en el relato Runaround. La primera y más fundamental rezaba así:
“Un robot no hará daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.”
De esta manera es imposible no preguntarse lo siguiente: ¿es seguro programar a un robot para neutralizar malhechores? ¿Podemos confiar en la capacidad de distinguir de un robot? ¿Es Rick Deckard un replicante?