El cobalto y el litio son dos elementos clave para construir las baterías de los coches eléctricos. Su producción es limitada y, a veces, sujeta a polémica.
La producción de baterías eléctricas está destinada a aumentar exponencialmente. Al crecimiento en número de dispositivos móviles y portátiles se le ha sumado un monstruo con apetito: los coches eléctricos.
Además, las baterías que montan estos vehículos son mucho más grandes que las de la electrónica de consumo. Esto se une a que los coches eléctricos están en un momento de despegue. Todas las grandes marcas han anunciado planes para lanzar nuevos modelos o ya tienen sus unidades en el mercado.
Las consecuencias que puede tener esta tormenta perfecta industrial en los próximos años son enormes. Y es que para fabricar las baterías de ion litio se necesitan ciertos minerales escasos. Son, sobre todo, el cobalto y el propio litio. El primero se emplea para mejorar el rendimiento del segundo, con el fin de alargar la autonomía de la batería. En cuanto al litio, su papel es clave y, por el momento, insustituible en las tecnologías de acumulación energética.
El análisis hecho por Transparency Market Research estima que el mercado de las baterías de ion litio tuvo un valor de 30.000 millones de dólares en 2015. Para el año 2024, nueve ejercicios más tarde, la firma prevé un volumen de 75.000 millones. Para dar un poco de contexto sobre el mercado que más impulsará este incremento, Morgan Stanley tiene sus propias previsiones. La entidad financiera calcula que las ventas de coches crezca un 50% para el 2050. Se alcanzarán las 130 millones de unidades al año y un 47% serán vehículos eléctricos.
De esta forma, los fabricantes de baterías tratan de asegurarse la provisión de cobalto y litio. Aunque existe el riesgo de crear un cuello de botella entre la demanda y la oferta. Y es que es posible que para cumplir con el caudal de demanda sean necesarios nuevos yacimientos. Hoy en día el 45% de todo el cobalto extraído se emplea para producir baterías de ion litio.
Por el momento casi un tercio de la producción de cobalto se encuentra en manos de una empresa, Glencore. El 65% de la cantidad que extrae la compañía proviene de la República Democrática del Congo. El país ha estado sujeto a inestabilidad política en los últimos meses y cada vez que esto ocurre menos cobalto sale de sus minas.
Y es que si Glencore extrae el 65% de su producción de la República Democrática del Congo, al menos el 50% de la demanda mundial se cubre con el material procedente de este país. La situación es espinosa, no solo por los conflictos que azotan a la ex colonia belga. La propia producción del cobalto está envuelta en polémica. Según Unicef, en 2014 había unos 40.000 niños trabajando en las minas del Congo, una parte de ellos buscando este mineral.
La demanda del litio también está previsto que trace una curva pronunciada hacia arriba. En 2015 se necesitaron 184.000 toneladas, un 40% del total para las baterías. Pero en 2025, según Deutsche Bank, la demanda será de 534.000 toneladas y el 70% lo coparán las baterías. En este caso, las reservas más importantes de litio se encuentran en China y en Bolivia.
Imágenes: bthosmo, James St. John