Adobe Flash se despide en 2020: un vistazo a su historia

Hasta la llegada de HTML5, Adobe Flash era la única manera de que en tu navegador pudieras ver vídeos, escuchar música o reproducir contenido multimedia. Pero sus días de glorias han quedado en el olvido.

Si preguntas a un menor de edad o cercano a los 18 qué sabe de Flash, aparte del superhéroe de DC probablemente conozca los “juegos flash”, minijuegos online y gratuitos reunidos por docenas en portales llenos de anuncios y donde puedes pasar la tarde jugando.

Pero si le preguntas a alguien que lidió con ordenadores en los años 90, Flash es un viejo conocido. Durante muchos años, Adobe Flash, antes Macromedia Flash, era un plugin de software para el navegador que tenías que instalar sí o sí si querías ver vídeos, escuchar música o disfrutar de contenido multimedia.

En la actualidad, Adobe Flash se ha convertido en un software menospreciado por todos. Primero, por ser uno de los programas más afectados por vulnerabilidades y errores en su código. De ahí que se actualice cada dos por tres. Por otra parte, su insistencia en actualizarse y el alto consumo de recursos lo han convertido en un programa odiado y dejado de lado por otras tecnologías, como Silverlight o, especialmente, HTML5.

Es más, Adobe ha decidido que en 2020 dejará de desarrollar Flash, ya que las páginas web actuales, y por ende los desarrolladores, lo han abandonado.

¿Cómo surgió Flash? ¿Cómo fue su época dorada? ¿Por qué acabó siendo tan odiado?

El origen de Flash

En la actualidad, si quieres ver un vídeo, normalmente lo ves vía streaming directamente desde el navegador o mediante una app, en tu computadora, tablet, smartphone o televisión inteligente.

Obviamente, esto no fue siempre así, y antes de Flash, la única manera de ver un vídeo de internet era descargándolo o instalar en tu navegador web un plugin especial como QuickTime o RealPlayer.

El precursor de Flash fue SmartSketch, una tecnología que reproducía animaciones vectoriales (dibujos animados, vaya). Su empresa propietaria, FutureWave Software, adaptó ese software al entonces creciente internet y lo lanzó como FutureSplash (1995), teniendo éxito entre grandes como Microsoft, Disney o Fox, que querían emitir sus propios contenidos online. Incluso ofrecieron el producto a Adobe, que en su momento rechazaron.

Ventana principal de FutureSplash Animator, el precursor de Adobe Flash

En 1996, Macromedia compra FutureSplash y lo convierte en Macromedia Flash, dándole el nombre por el que conocemos a esta tecnología. Por un lado teníamos la herramienta para crear contenido animado, Macromedia Flash, y por otro la herramienta para ver ese contenido, el reproductor Macromedia Flash Player.

En manos de Macromedia, Flash fue evolucionando y, además de reproducir animaciones, permitía interacciones con el contenido mediante aplicaciones web.

De ahí su gran popularidad en la segunda mitad de los 90 y primeros años del siglo XXI. Los más veteranos seguramente guardan algún disco promocional con contenido multimedia creado con Flash. Con Flash se llegaron a hacer discos interactivos con juegos o enciclopedias, catálogos, y muchas páginas web ofrecían un aspecto futurista y visualmente muy atractivo gracias a los menús y contenido Flash integrados.

En 2005, Macromedia Flash era el plugin para navegador más popular por encima de otros grandes de aquel entonces, como Java, QuickTime, RealNetworks o Windows Media Player. Y ese mismo año, Adobe se hizo con Macromedia y con todo su software.

De Macromedia a Adobe Flash

La compra de Macromedia por parte de Adobe tuvo mucha importancia, porque concentraba en una única empresa productos tan populares como Photoshop o Premiere con otros como Dreamweaver, Fireworks o Flash.

Durante la época de Adobe Flash como tal, Adobe fue introduciendo mejoras y cambios, además de probar suerte con una alternativa propia, Adobe AIR (2008), que no terminó de cuajar. El propósito de AIR era crear programas compatibles con cualquier plataforma.

Y es también durante la etapa de Adobe que se hace cada vez más visible el problema de base de Flash, que hace que en su reproductor se descubran agujeros de código cada dos por tres.

Y llegó el iPhone

Además de las vulnerabilidades, que se corrigen con sucesivas actualizaciones, una segunda crítica que se le hace a Adobe Flash es su alto consumo de recursos.

Y es aquí donde entra la importancia del iPhone, el smartphone que revolucionó el mercado en 2007. No fue el primer teléfono inteligente, pero sí influyó en los demás fabricantes hasta el punto que hoy en día, todos los teléfonos considerados inteligentes cuentan con pantalla táctil y prácticamente ninguno tiene teclado físico.

Una característica que se criticó al iPhone desde el primer momento es que no fuera compatible con Adobe Flash. ¿La razón? El propio Steve Jobs reiteró en varias ocasiones que Flash consumía recursos y, en el caso de un dispositivo con batería, acortaba su duración considerablemente.

El tiempo le dio la razón, y en 2012 Android también abandonó Flash en su versión 4.3. Se puede instalar directamente o mediante un navegador compatible, pero ya no viene por defecto como antes.

Y luego el HTML5

La popularidad de Adobe Flash radica en la explosión y crecimiento de internet. Pero en los últimos tiempos, navegar por la red es algo que hacemos más en dispositivos móviles como tablets y smartphones o en otros dispositivos, como smartTVs. En la gran mayoría de los casos, ninguno de estos dispositivos soporta Adobe Flash.

El golpe de gracia a Flash lo dio HTML5, la alternativa definitiva, ya que no tenías que instalarlo en tu computadora o navegador.

Desarrollado desde 2009-10, la versión definitiva de HTML5 se lanzó en 2014 y tuvo muy buena acogida, ya que era fácil de implementar, los navegadores se actualizaron para ser compatibles y ofrecía grandes ventajas, como gestión de contenido multimedia o la posibilidad de desarrollar aplicaciones web totalmente funcionales sin requerir plugins externos.

Una muerte inevitable

Como hemos visto, Flash nació con un propósito, cubría una necesidad que en aquel entonces ninguna tecnología permitía.

Fue muy popular para compartir vídeo y audio por internet y para desarrollar páginas web y aplicaciones web, pero su mal rendimiento en dispositivos móviles lo condenaron al fracaso, en especial cuando surgió una alternativa más eficiente como HTML5.

Todavía hay páginas y aplicaciones web que solicitan la instalación de Adobe Flash para funcionar, pero son las menos. Grandes como Apple, Facebook o Google dan su apoyo a HTML5. YouTube, por ejemplo, hace tiempo que reproduce vídeos usando un reproductor HTML5.

De ahí que Adobe haya decidido que en 2020 dejará de desarrollar Flash, tanto su herramienta de creación de contenido como su reproductor.

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