Huawei ha presentado el su nuevo Huawei Mate 10, pero lo verdaderamente nuevo es su unidad de procesamiento neuronal (NPU) que trae inteligencia artificial al corazón del móvil.
Huawei presentó ayer si nuevo terminal bandera, el Huawei Mate 10, que competirá con los nuevos Galaxy Note 8, iPhone 8 Plus y X, LG V30 y Pixel 2. Respecto a ellos, lo más destacado a priori y que más fuerza le puede dar entre el público es que llega por 699€, lejos de los 1159 que el nuevo terminal de Apple fijará como estándar de la gama alta.
No es lo único reseñable del terminal, pero frente a todos los demás, en un mercado tan satura y con propuestas tan similares (doble cámara, fin de los marcos, asistentes personales como intento de base de la experiencia), Huawei no tiene, de momento, mucho más que ofrecer, de ahí que su precio se mantenga bajo para ganar atractivo.
«¿Cómo nos diferenciamos?», pensaría alguien en Huawei. La solución era invocar la palabra de moda, inteligencia artificial. Sí, Huawei ha sido la primera compañía en Android en integrar una unidad de procesamiento neural (NPU) junto a la CPU y GPU. De esta manera, según la compañía China, el nuevo Mate 10 es 25 veces más rápido haciendo cálculos de inteligencia artificial que la CPU del mismo, y no todo queda ahí, pues es 50 veces más eficiente mientras los hace, aspecto crucial en entornos con energía tan limitada.
Puede haber cierta duda en si son los primeros o no, pues el chip A11 Bionic de Apple también cuenta con una arquitectura basada en redes neuronales. Saliendo de esta polémica, la realidad es que la llegada de la inteligencia artificial al hardware dedicado del móvil es una gran noticia. Hasta ahora contábamos con las posibilidades que daba, por ejemplo, Google Photos, pero todos esos procesos se llevan a cabo en la nube, y se pone en riesgo la privacidad y la seguridad.
El enfoque de Huawei es hacerlo todo en el dispositivo, sin compartir nada externamente. Ahora bien, ¿qué significa inteligencia artificial en el móvil a día de hoy? Lo que la compañía vende, sobre todo, es que ayudará a detectar patrones de usos del usuario, y por una parte se adaptará a este y por otra parte le ofrecerá consejos sobre qué es mejor a la hora de usar el terminal. En ese sentido, la aplicación de cámara es capaz de detectar mejor las escenas y cambiar los modos automáticamente. Es decir, elegir modo noche cuando toque, activar modo retrato al detectar un rostro, etc.
Más allá de eso, la NPU es potentísima para procesar lenguaje natural o efectuar reconocimiento de imágenes y objetos, por lo que dichas funciones también van integradas en las apps de cámara. A nivel de sistema, es capaz de regular cosas como el rendimiento o el flujo de energía que entra durante la carga.
La pregunta obvia, en este punto es, ¿ya está, es lo único que puede hacer por mí? No, puede hacer mucho más, pero hay que esperar a que los desarrolladores se pongan manos a la obra aprovechando herramientas como Caffe2 de Facebook o Tensorflow Lite de Google, que son librerías similares a CoreML de Apple, pensadas para implementar eficientemente los cálculos con redes neuronales. Si la adopción será rápida o no, no lo sabemos. Dependerá del retorno que tenga para los desarrolladores, y de lo que hagan fabricantes como Samsung y Qualcomm en sus chips. Lo que está claro es que la era de la inteligencia artificial móvil comenzado ha.
