Reimprimir en el papel

Adiós al desperdicio de papel: esta tecnología permite imprimir encima 80 veces

La tecnología que han inventado en la Universidad de California Riverside permite reimprimir encima de un mismo papel hasta 80 veces.

Pese a todas las pantallas que rodean nuestro día a día, el consumo de papel aumentará en los próximos años. Así está previsto y no es una buena noticia para los bosques del planeta. La industria papelera no es la única que consume árboles, pero es una de las más ávidas. De ahí la importancia del trabajo desarrollado por un equipo de la Universidad de California Riverside, en colaboración con personal de la Shandong University, en China. Se trata de una tecnología que permite reimprimir en el papel hasta 80 veces.

La técnica que han empleado estos investigadores consiste en una capa de un material producido a base de nanopartículas. Hay dos tipos de componentes. Por una parte está el compuesto azul de Prusia, un pigmento azulado que se puede volver transparente si se le añaden algunos electrones.

El segundo ingrediente de la mezcla es dióxido de titanio. Cuando este se expone a la luz ultravioleta libera electrones , que el azul de Prusia absorbe. El resultado es que el azul pasa a ser transparente.

Para imprimir y reimprimir en el papel se usa una plantilla. Es una pieza de plástico con las letras y caracteres grabados en negro y su trabajo empieza sobre una hoja azul. Cuando la luz ultravioleta pasa a través de las áreas en blanco de la plantilla, el papel se transforma. A partir de ese momento la hoja se vuelve blanca y las letras aparecen impresas en negro.

La impresión también se puede llevar a cabo mediante tecnología láser , una técnica similar a la que usan las impresoras actuales de este tipo. Un haz recorre el papel e incide especialmente sobre la superficie donde se grabarán los caracteres.

Ahora llega la parte más compleja, donde tiene lugar lo extraordinario. El papel se puede leer durante cinco días. Desde ese momento la impresión comienza a perder claridad. Esto se produce por el contacto con el oxígeno, que le arrebata electrones al azul de Prusia, de manera que pasan poco a poco del negro al azul. Como no podía ser de otra forma, los investigadores saben acelerar este proceso.

Al calentar el papel a 120 grados centígrados la oxidación se intensifica. El resultado es que los textos e imágenes impresos se borran en unos 10 minutos. El papel queda azul de nuevo en su totalidad y se puede imprimir encima otra vez.

Imagen: Wouter de Bruijn

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