La popular colección del viñetista, fallecido a los 76 años de edad, está plagada de crítica y sátira sobre la tecnología, la ciencia y la sensibilidad medioambiental.
Antonio Fraguas de Pablo, conocido por todos como Forges, ha fallecido durante la madrugada del 22 de febrero de 2018 en Madrid, a los 76 años de edad, víctima de un cáncer de páncreas.
El dibujante nació en Madrid el 17 de enero de 1942. Pero no fue hasta 1964 cuando publicó su primera viñeta en prensa. Colaboró en Informaciones, en Diez Minutos, en las principales revistas satíricas de nuestro país, en Diario 16 y en El Mundo.
Por su humor y su particular talento para retratar la realidad tecnológica, Forges fue querido por todos. En una de sus más populares publicaciones: «Historia de la Informática para torpes», lograba extirpar dramatismo y contundencia a un contenido árido como la informática MS-DOS de finales de siglo.
El ilustrador se ha encargado durante más de 50 años de eliminar la animadversión latente hacia la informática y los avances a través del humor y de la opinión.
Pero su talento residía en la dirección en la que su pluma y su sentido crítico trazaban un rumbo en paralelo a los cambios que se iban produciendo en nuestra vida tecnológica. Retratando de este modo la realidad, y plasmando en sus ilustraciones una simbiosis entre costumbrismo español y distopías tecnológicas.
Forges reconoció que el libro era el gran invento de la tecnología. Con su trazo grueso y línea constante contribuyó a la instauración de gran parte de los coloquialismos, que, a día de hoy, compartimos en nuestro vocabulario: «bocata», «muslamen»… Su estilo era muy característico y su ingenio conectaba con el resabido y el ignorante, con jóvenes y mayores.
Sin embargo, y a pesar de todo, aunque conocía a la perfección el entorno en el que su propio humor se desarrollaba, no era ni «tecky» ni un «geek» pasional como tal. A Forges no le importaba retratar su propia idea sin pelos en la lengua, enfureciendo incluso a parte del sector, como sucediera con una publicación del autor sobre el videojuego Destiny, la creación más ambiciosa y costosa de Bungie, el estudio creador de la saga Halo.
Tras recibir el rechazo de medios especializados como Meristation, Forges se defendió sentenciando: «Los videojuegos matamucho no son un producto cultural, como una película de Rambo no es un producto cultural».
En nuestra casa, el autor colaboró con Espacio Fundación Telefónica en una mesa moderada sobre la exclusión social y defendiendo valores como la convivencia, la paz y la libertad.
Desde BlogThinkBig.com recordaremos siempre a Forges, un artista partidario del cambio en todos los sentidos, como el que nos brindan las nuevas tecnologías digitales. Si quieres disfrutar de su obra, y mantener su recuerdo vivo, te recomendamos que visites la antología de sus trabajos en su página web