El viejo sueño de que el Norte de África y Oriente Próximo se convierta en el exportador de energía solar a Europa puede estar más cerca de lo que parece.
TuNur se puede considerar una compañía multinacional. Es una reunión de británicos, tunecinos y malteses. Los primeros están representados por la empresa Nur Energie, con sede en el Reino Unido y especializada en energía solar. Los otros dos grupos, de Túnez y Malta, son inversores orientados al sector energético.
La compañía ha llegado a un acuerdo para exportar energía solar a Europa, por valor de 4,5 GW. Es una cantidad suficiente para abastecer a cinco millones de hogares o prpulsar siete millones de coches eléctricos.
Es una vieja ilusión que se lleva soñando desde hace décadas. El Norte de África es un lugar con mucho sol y mucho espacio. El desierto del Sáhara ocupa buena parte de la región, con lo que esta parece propicia para instalar grandes superficies de paneles solares.
El proyecto prevé que en 2020 Túnez esté conectado con Malta. TuNur se encargará de eso por un coste total de 1.600 millones de euros. Este enlace, de 500 kilómetros de largo, terminará de unir África con Europa. Pues Malta ya se encuentra unida a la cercana isla de Sicilia por líneas submarinas de corriente continua.
Sin embargo, el proyecto no se quedará en esta conexión rocambolesca. En 2020 la electricidad tendría que pasar de Túnez a Malta, de ahí a Sicilia y de ahí al Sur de Italia. Pero hay un segundo cable previsto, que uniría Túnez directamente con el centro de Italia , desembocando cerca de Roma. Incluso hay un tercer tendido en fase de estudio, que enlazaría el país africano con el sur de Francia.
Parte del éxito del proyecto es que ha intentado mantener bajos los costes desde el inicio. La tecnología que se ha elegido para generar energía es la termosolar, no la fotovoltaica. Así, el gasto inicial es menor. Pues por mucho que haya descendido el precio de los paneles, estos significan aún un gran desembolso. En este caso TuNur emplea un ejército de espejos que concentran la luz solar en un punto de una torre. Esta contiene unas sales que se funden y transforman el calor en una fuente para generar vapor y mover turbinas.
Los proyectos de cables submarinos forman parte del plan europeo Project of Common Interest. Su objetivo es financiar desarrollos de infraestructura que beneficien a la Unión Europea en su conjunto. Así, los trabajos de TuNur toman forma como una iniciativa dentro del ámbito europeo, apelando al viejo sueño energético del Viejo Continente.
En realidad el proyecto encaja con las necesidades del Norte de África también. La región necesita desarrollo y la exportación de energía puede ser una fuente importante de fondos. Queda la duda de cuál será el destino final de estos fondos y de cómo se emplearán, en todo caso. Después de todo, Europa ya lleva décadas importando energía de la región, sobre todo en forma de gas.
Por el momento, si se atiende a lo que han apuntado desde TuNur, el proyecto favorecerá la inversión de unos 5.000 millones de dólares en Túnez. Asimismo tie ne el potencial de crear más de 20.000 puestos de trabajo , entre directos e indirectos.
Imágenes: TuNur