Una isla artificial en el mar del Norte será el núcleo de una granja eólica que entregará energía a seis países europeos.
Buscar un emplazamiento para una granja eólica no es fácil. Lo primero, evidentemente, es conseguir un lugar donde los vientos soplen con fuerza y constancia. Pero a las condiciones climáticas propicias hay que sumarlo otros factores. Uno de los mayores inconvenientes de estos molinos de viento es su impacto paisajístico. Un perjuicio inevitable para los campos donde se siembran.
La energía eólica tiene otros inconvenientes, como el riesgo de que algunas aves choquen contra las hélices. Pero lo que puede rebajar el ritmo de instalación de estos molinos de viento es la escasez de espacio. En algunos países de Europa empiezan a plantearse dónde colocar nuevas granjas eólicas. El espacio junto a la costa –abundante en vientos– comienza a estar saturado y lo mismo podría ocurrir con territorios interiores.
Por eso entidades de varios países se han unido en un proyecto conjunto para crear una granja eólica en medio del mar del Norte. La operadora holandesa TenneT ha sido la impulsora del proyecto, que ha atraído a empresas de Dinamarca, Alemania y otros países del Norte de Europa.
La idea es instalar miles de molinos de viento, cuyo centro será una isla artificial. En ella estarán los conversores que transformarán la corriente alterna proveniente de los generadores eólicos en corriente continua. Pero también habrá un puerto y un aeropuerto. Serán seis kilómetros cuadrados de isla artificial.
En principio, el campo eólico está pensado para entregar energía a seis países: Holanda, Bélgica, Alemania, Dinamarca, Noruega y Reino Unido. Todos ellos, excepto Reino Unido, firmaron en junio de 2016 un acuerdo para construir parques de energía eólica en el mar. El objetivo es reducir costes y propiciar que las energías renovables sean más rentables.
Esto mismo aducen los responsables del proyecto que pondrá una isla artificial en medio del mar del Norte. Según los cálculos de TenneT, en completar el proyecto se emplearán 1.750 millones de dólares. Respecto a cuánto se extenderán en el tiempo las obras, se espera que el complejo esté terminado en 2027.
Construir parques eólicos en el mar es una fórmula para evadir las complicaciones que requiere hacerlo en tierra, donde hay que lidiar con autoridades locales normalmente opuestas a instalaciones masivas. En el caso de los molinos en el mar, las dificultades son más de tipo técnico. Pero no parece que este sea un factor que inquiete demasiado a quienes se han decidido a construir la granja del mar del Norte.
Imágenes: futureshape, markus spiske
