El proyecto NEOM tendrá el tamaño de 33 Nueva Yorks y solo usará energías renovables en su día a día.
NEOM es un proyecto megalómano. Así son muchos de los que se han puesto en marcha en la península arábiga en las últimas décadas. Si la construcción en Dubái y Abu Dhabi ha adquirido unas proporciones vertiginosas, en Arabia Saudí darán un paso más.
El gobierno del país anunció recientemente el proyecto NEOM, en consonancia con la fiebre constructora de la región. En este caso no se trata de agrandar una ciudad o reconvertirla, ni siquiera de remodelarla de arriba abajo. Aquí la iniciativa consiste en crear una megaurbe desde cero.
La idea es construir un gigante que tendrá una superficie de unos 16.500 kilómetros cuadrados. Este tamaño equivaldría a 33 veces el de la ciudad de Nueva York. El emplazamiento estaría destinado a conectar Egipto con Jordania. Y es que Arabia Saudí no tiene frontera con Egipto, tampoco Jordania. Solo Israel linda con todos los países mencionados. La ciudad, sin embargo, pretende ser un centro que establezca lazos entre los dos países árabes.
El gobierno saudí prevé que NEOM costará 500.000 millones de dólares , una parte de los cuales la espera conseguir procedente de inversores privados. Si bien, aparte de las dimensiones, lo verdaderamente interesante de la iniciativa son las energías renovables.
La nueva megaciudad solo utilizará energías renovables para funcionar. Esto quiere decir que los paneles solares y los molinos de viento serán imprescindibles en el diseño. De hecho, la colocación de este tipo de infraestructura será el esqueleto del proyecto. Debido a su tamaño necesitará una cantidad ingente de energía, con lo que no se puede dejar nada al azar.
Desde el gobierno saudí confían en que la nueva ciudad sup onga el florecimiento de nuevas industrias. La biotecnología, la alimentaria, la fabricación avanzada o el entretenimiento son algunas de ellas. Aunque la principal tal vez pase por las energías renovables.
Y es que el petróleo no es eterno. Esto lo saben en el principal país productor de crudo en Oriente Medio. Uno de los pilares para suplir la importancia de este sector están siendo las renovables. Y es que al fin y al cabo, el negocio del petróleo es el de la energía. ¿Por qué no ampliar las fuentes energéticas?
Así, las compañías que tradicionalmente se han dedicado al petróleo, como la estatal Aramco, han comenzado a construir plantas. La energía solar y la eólica –dos fuentes que abundan en el desierto árabe– se presentan como una oportunidad. Arabia Saudí tiene todos los ingredientes para convertirse en un exportador de tecnología en renovables. La inversión no le falta y también hay terreno abonado para la experimentación.
Imágenes: Abdullah Shakoor, II