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Tu cerebro es el mejor procesador de imágenes que existe

El cerebro es capaz de procesar la información que captan nuestros ojos en milésimas de segundo. Un estudio realizado por el CSIC analiza cómo estos circuitos neuronales son capaces de procesar imágenes de forma tan eficaz.

Desde que observamos una imagen con nuestros ojos, hasta que nuestro cerebro es capaz de procesar la información visual recibida, pasan apenas unas milésimas de segundo. Este tiempo es suficiente para que nuestros circuitos neuronales sean capaces de transmitir y enviar las órdenes al organismo.

Y es que el sentido de la vista es fundamental para que podamos llevar a cabo acciones y ejecutar movimientos. Sin él, nos resultaría mucho más complejo «entender» el mundo que nos rodea y realizar tareas tan básicas como caminar, desplazar nuestro cuerpo en una determinada habitación o reconocer el rostro de un conocido.

Pero los datos que llegan a nuestro cerebro no son los mismos que recibimos a través de los ojos. La información visual que captamos gracias a la retina ha de ser «magnificada» a través de células nerviosas de nuestro cerebro. En otras palabras, no es exagerado decir que este órgano es el mejor procesador de imágenes que existe, con mayor resolución que muchas de las cámaras digitales que usamos a diario.

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Al menos eso afirman científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en un reciente trabajo en Neuron. Según sus estudios, un núcleo del cerebro (conocido como núcleo geniculado lateral del tálamo) actúa como «centro de comunicaciones». Esta región recibe la información de la retina y la envía a la corteza cerebral, quien deberá procesar y analizar los datos recibidos.

La función que cumple este núcleo en nuestro cerebro se basa en mejorar la resolución de la fotografía capturada por nuestras retinas. Y es que nuestro ojo presenta una limitada resolución, determinada en función del número de células ganglionares de nuestra retina. Serán los circuitos neuronales de este núcleo cerebral los encargados de incrementar el número de píxeles, aumentando así el tamaño aparente de la imagen y facilitando su análisis en la corteza cerebral.

Los investigadores del CSIC han empleado modelos matemáticos para conocer cómo se desarrollan estos circuitos encargados del procesamiento de imágenes en el cerebro. Sus resultados concluyen que el origen de estas redes neuronales se daría durante el desarrollo embrionario.

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Dos factores son clave a la hora de entender el funcionamiento de este sofisticado procesador de imágenes: la necesidad de contar con un ojo muy pequeño y la pequeña longitud de los cables nerviosos que van hasta el cerebro. En otras palabras, el principio de minimización de cable es el que limita la resolución del ojo y de los nervios, para evitar aumentar desmesuradamente su tamaño, así como el gasto metabólico que realiza.

El mejor procesador de imágenes que tenemos, nuestro cerebro, necesita por tanto alcanzar un equilibrio óptimo entre tamaño y resolución para que podamos ver y analizar bien las escenas que observamos. Solo con este sofisticado sistema podemos llegar a contemplar todo lo que sucede ante nuestros ojos, un conocimiento que se creía impensable hace un siglo. Los avances en investigación no podrán únicamente mejorar nuestras ideas sobre el cerebro, sino también avanzar en el desarrollo de nuevas tecnologías inspiradas en nuestra mente.

Imágenes | Garrett Voigh (Flickr), Helga Birna (Flickr), Brian Auer (Flickr)

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