Si todavía no conoces los chatbots, se trata de programas o aplicaciones de software que sirven para hablar con humanos. Traducido como bot de charla o bot conversacional, los chatbots son el equivalente en texto de los servicios telefónicos de atención al cliente automáticos. Esos en los que oyes una voz grabada que te ofrece opciones y qué número pulsar. Una tecnología ya integrada en cualquier aplicación o página web. Y también en la educación online y en la educación digital.
Los chatbots responden a las preguntas que les formules. Pueden guiarte ofreciéndote un enlace, solucionando una duda o poniéndote en contacto con un empleado humano. Son una versión automatizada de la atención al cliente que permite encontrar lo que buscas en una página web o en una app de mensajería como WhatsApp. Bancos, empresas de telefonía o energía… Preguntas lo que quieres y obtienes respuesta. En cualquier día, a cualquier hora.
Además, los chatbots se han perfeccionado mucho desde aquellos programas conversacionales de los años 80 y 90 que simplemente respondían a las palabras que tú escribías. Hoy en día, muchos chatbots emplean inteligencia artificial. Se adaptan a cada usuario, ofrecen sugerencias personalizadas y recuerdan qué buscaste con anterioridad. Y más allá del soporte técnico o de la atención al cliente, los chatbots se están empleando en otros campos como la educación online o educación digital.
Un profesor siempre disponible
Las ventajas asociadas a la tecnología de chatbots sirven tanto para las tareas antes mencionadas, atención al cliente o soporte técnico, como para otras áreas como la educación online. A saber: buscar información y dar la opción más adecuada para el usuario, responder a preguntas del usuario, resolver dudas… ¿no es la educación aportar conocimiento, o sea, responder preguntas?
Los chatbots integrados en plataformas de educación digital pueden realizar varias tareas a la vez. Para empezar, resolver dudas técnicas sobre el funcionamiento de la propia plataforma. Precio de los cursos, si son de pago, calendario para darse de alta y cursar el curso, si hay un certificado al finalizarlo… Vamos, las tareas administrativas. Y, además, las esperadas labores educativas: ofrecer material de consulta a petición del usuario, responder dudas sobre un temario, realizar una prueba o test en tiempo real… Las posibilidades son muchas y variadas, gracias a la implementación de la inteligencia artificial, lo que dota a los chatbots de más dinamismo y adaptación.
Como ocurre con cualquier automatización, las tareas a realizar por los chatbots son aquellas que no requieren, en realidad, de una interacción humana al uso. Es decir, una vez el docente humano ha seleccionado libros, artículos, vídeos y cualquier otro recurso para que el alumno lo procese y aprenda, facilitar esa lista de material puede hacerlo un chatbot. Y lo mismo ocurre con la evaluación del alumno. Realizar preguntas aleatorias en forma de pequeños tests o de exámenes evaluativos puede hacerlo un profesor o puede delegarlo en un chatbot. Y al tener acceso a toda la información relacionada con la materia de estudio, puede responder las dudas de los alumnos al instante.
Preguntas, respuestas y acciones
En la práctica, los chatbots funcionan mediante una conversación al uso. Ésta suele empezar con el propio chatbot presentándose y ofreciéndose a ayudarte. Al principio suele decir qué puede hacer por ti. A partir de ahí, interaccionar con un chatbot es mucho más que con un buscador de Internet. Puedes hacer preguntas sin necesidad de destacar solamente las palabras clave que deseas buscar y volver a preguntar si la respuesta no es del todo acertada.
Por su parte, el chatbot puede dar una respuesta en forma de frase o párrafo previamente diseñado. O dar una información concreta, como una dirección de correo electrónico o un enlace. Precisamente, en función del chatbot, las respuestas o soluciones a las dudas planteadas pueden consistir en un enlace, una lista de opciones de las que debes elegir una para seguir con la conversación, un documento a descargar, un vídeo integrado en la conversación, un enlace al calendario, etc.
Otro aliciente de los chatbots es cualquiera puede programarlos. En la actualidad existen multitud de plataformas que ofrecen chatbots prediseñados. Los puedes configurar manualmente y/o servirte de plantillas específicas para tareas concretas o áreas como el comercio electrónico o la educación online. Una vez configurado, se puede probar y mejorar añadiendo cambios constantes con nueva información, respuestas o acciones.
Y como toda tecnología online, los chatbots permiten guardar datos interesantes de su interacción con los alumnos para obtener estadísticas de uso de la herramienta, evaluar al alumno según su evolución e interacción con el chatbot, detectar alumnos que necesitan más dedicación o asesoramiento, etc.
Chatbots: una herramienta más para el mismo fin
La pregunta es inevitable. ¿Los chatbots son la versión moderna de los profesores de toda la vida? La respuesta es que no son un sustituto, como tampoco lo son las tabletas o los smartphones. Es más, hace varias décadas, los ordenadores tampoco acabaron con la profesión de maestro. Y en su momento, la amenaza estaba en los libros. ¿Para qué recibir clases de una persona si puedo leer un libro en su lugar?
Los chatbots aplicados a la educación digital son una herramienta más, una ayuda siempre disponible tanto para alumnos como para profesores. Una manera de descargar ciertas tareas para así dedicarse a otras. El docente puede apoyarse en el chatbot para aportar recursos y respuestas al alumno en cualquier momento del día. Incluso fuera del horario lectivo. Y el educador puede centrarse en tareas más complejas como asesoramiento, organizar actividades como charlas o debates en clase…
Grandes de la ciencia ficción como Isaac Asimov imaginaron un futuro en el que la educación tenía un fuerte componente tecnológico. Pero lejos de cambiar al docente por un holograma o, en esta ocasión, por software conversacional con inteligencia artificial, la tecnología puede emplearse para ampliar la docencia las 24 horas del día, realizar tareas complementarias a las que realice el profesorado y, en definitiva, convertir la educación en una experiencia más completa y siempre disponible sin distancias físicas u horarias de por medio.
Chatbots que enseñan y asesoran
La orientación laboral también se beneficia de la tecnología de chatbots. Fundación Telefónica cuenta con un chatbot llamado Orientador Profesional Virtual. Disponible en cualquier plataforma y dispositivo conectado a través del navegador, te ayuda a saber qué carrera profesional se ajusta a tus conocimientos, necesidades e inquietudes. Aprende de tus preguntas para ofrecer una respuesta.
Este chatbot en particular permite encauzar el camino profesional de la persona que está al otro lado. También sirve para saber qué profesiones y perfiles son los más demandados en el mercado laboral tecnológico y qué recursos de educación online, en forma de cursos online, hay a disposición para mejorar nuestro perfil profesional.
En palabras de sus creadores, “el orientador recomienda cursos online de las principales plataformas de e-learning como Coursera, edX, MiriadaX, Tutellus y Udacity, entre otras”. Y si ya te dedicas a una profesión relacionada con el mundo digital, podrás conocer qué habilidades y competencias exigen los reclutadores y las ofertas de empleo actuales. Así podrás prepararte para tu día a día y para tu futuro inmediato con ayuda de la educación digital personalizada.