China pone en órbita el primer satélite cuántico de comunicaciones, que aspira a demostrar que el envío de mensajes de forma segura es posible.
El gato de Schrödinger tal vez sea uno de los experimentos más populares de la mecánica cuántica. Pero más allá de la paradoja, las aplicaciones de esta rama de la física han revolucionado el mundo tal y como lo conocemos, gracias a la invención del transistor -y, por ende, del ordenador-. La disciplina lleva años trabajando en un nuevo campo tecnológico que promete dar un salto en la computación, con el desarrollo de ordenadores cuánticos.
Estos dispositivos, que mejorarían de manera significativa la eficacia y rapidez de los computadores, se basan en los principios de la mecánica cuántica. La realización de operaciones complejas, como demostró la primera gran simulación de física lograda por un ordenador de este tipo, abre el camino a una nueva era en la informática. En ella dejaremos atrás los clásicos unos y ceros para apoyarnos en las reglas de la física cuántica.
Impulsar métodos seguros para comunicarnos
Pero más allá de la computación, que recientemente ha construido el primer ordenador cuántico programable, la ciencia quiere aplicar los postulados de la mecánica cuántica para impulsar comunicaciones cada vez más seguras. Como explicaba el físico español Juan Ignacio Cirac, «la comunicación cuántica nos proporciona un método seguro para enviar mensajes secretos». El primer gran avance de estas investigaciones, con el lanzamiento de un satélite cuántico al espacio, ha sido promovido por China.
Hace sólo unas horas, la Academia de Ciencias de China y la Academia de Ciencias de Austria ponían en órbita el satélite cuántico QSS (Quantum Science Satellite, por sus siglas en inglés). El dispositivo, popularmente conocido como Mozi, tiene como objetivo analizar las aplicaciones de la física cuántica en el mundo de las comunicaciones. El gran objetivo de este primer satélite cuántico en el espacio es enviar fotones entrelazados cuánticamente, como explica el divulgador Daniel Marín en su blog de Naukas, a dos estaciones situadas a más de mil kilómetros en China y Austria.
El lanzamiento de esta curiosa misión tiene como finalidad comprobar que el entrelazamiento cuántico puede funcionar en órbita y a miles de kilómetros de distancia. Para ello el satélite Mozi creará la red de comunicaciones cuánticas más grande de la historia, que distribuirán claves cuánticas entre los continentes de Asia y Europa. Así, como recogen en The Verge, será posible demostrar si las reglas de la física cuántica aplicadas a la comunicación funcionan con normalidad en el espacio.
Este primer satélite cuántico, de carácter experimental, allanará el camino para saber si la gravedad puede restringir el entrelazamiento cuántico, tal y como proponen algunos modelos teóricos. En caso de que los resultados sean positivos, avanzaríamos mucho para crear redes de comunicación en las que se puedan enviar mensajes secretos utilizando métodos seguros. La misión de Mozi, que durará dos años, permitirá saber si es posible que China complete su red de distribución de claves cuánticas con Europa en 2020 y su red global una década más tarde. Gracias a este satélite, se abre una nueva carrera espacial en lo que a ciberseguridad y criptografía se refiere.
Imágenes | Jin Liwang/Xinhua, Daniel Marín (Naukas)