Un equipo de científicos de IBM, en colaboración con Sony, ha logrado una densidad de almacenamiento en cinta magnética 20 veces superior a la actual.
Desde hace años la industria del almacenamiento cabecea. El método tradicional para guardar información, grabada en la cinta magnética, se queda antiguo. Las memorias en estado sólido o SSD despuntan y los vaticinios sobre su futuro dominio del mercado se suceden. Pero tal vez los viejos discos duros tengan aún muchos años por delante.
La ventaja que tienen las memorias flash frente a los discos duros tradicionales es su velocidad. Pero también destacan en otro aspecto: la densidad. En una memoria basada en NAND se puede almacenar una gran cantidad de datos en un espacio reducido. Esto no solo es útil a nivel personal –es más cómodo transportar un disco duro de 200 gramos que otro de casi un kilo– sino que las empresas lo buscan para sus centros de datos. En estas plantas cada vez se mira más el aprovechamiento del espacio, pues la información sigue creciendo. Los sistemas tienen que seguir este ritmo. Pero las instalaciones son finitas, a veces no se puede construir más de lo que ya se ha hecho.
Así que las memorias SSD son una gran solución para los centros de datos. Pero tienen un problema: son más caras. Los discos duros llevan décadas produciéndose. La fabricación está optimizada al máximo –esto no ocurre con las unidades flash– y los componentes son más baratos.
Uno de los factores que necesitan los discos duros para retrasar su obsolescencia es la densidad. Y es precisamente lo que ha conseguido un equipo de científicos de IBM. En un trabajo en el que han colaborado con Sony, los investigadores han logrado un nuevo récord de almacenamiento en cinta magnética.
La densidad alcanzada es de 201 Gb por pulgada cuadrada en un prototipo de cinta magnética. Es 20 veces más que la capacidad comercial que tienen los discos duros actuales. Si se extrapolara esta densidad al tamaño de un disco duro comercial, en la palma de la mano se podría sostener un dispositivo que admitiera 33 TB de datos. Para hacer menos abstracta la cifra se puede decir que esta equivale a 330 millones de libros.
El incremento de densidad se ha conseguido mejorando los procesos de creación de la cinta y haciendo algunas modificaciones , como una tecnología de lubricación más sofisticada. Los investigadores señalan que su modalidad de almacenamiento en cinta magnética costará algo más de fabricar. Pero el precio seguirá siendo menor que el de las memorias en estado sólido.
Imagen: Kevin Stuke