Científicos de la Universitat Jaume I logran un catalizador de grafeno reciclable y versátil industrialmente, capaz de obtener y almacenar hidrógeno.
La economía del hidrógeno es un modelo que propone una alternativa al uso tradicional de combustibles fósiles. La búsqueda de fuentes diferentes al carbón y al petróleo es uno de los grandes desafíos del siglo XXI, y el grafeno puede jugar un importante papel en este reto.
En ese sentido, el modelo propone la obtención y almacenamiento del hidrógeno, un gas que puede ser comprimido y guardado para cuando se precise. En el momento que sea necesario, el hidrógeno puede quemarse para producir calor o electricidad e impulsar por ejemplo un motor, con la salvedad de que el gas es obtenido a partir de fuentes de energías renovables.
El catalizador de grafeno reciclable
La novedad acerca del aprovechamiento del hidrógeno ha sido conseguida ahora gracias a una investigación de la Universitat Jaume I. Los científicos de la UJI han logrado un catalizador de grafeno, capaz de obtener hidrógeno mediante reacciones químicas a partir de alcoholes y de almacenar el gas producido.
La invención de este catalizador, el primero de su clase en aprovechar el grafeno como soporte de compuestos organometálicos, ha sido patentada por la propia Universitat Jaume I. Su idea es poder comercializar y poner en valor una tecnología que tiene la capacidad de reciclarse diez veces sin pérdida de actividad, lo que resulta muy interesante desde la perspectiva industrial.
Los materiales organometálicos empleados son capaces de aumentar la velocidad de las reacciones químicas, de forma que incrementan la eficacia en la obtención de hidrógeno. Pero el uso del grafeno como soporte de estos compuestos no altera su versatilidad ya que, según explican en Agencia SINC, «toda la tecnología que actualmente está basada en el grafeno pueda ser fácilmente reconvertida utilizando estos nuevos materiales».
Esto significa que los materiales patentados para el catalizador pueden ser también empleados en el desarrollo de baterías o en el almacenamiento de otras fuentes de energía, sin restringirse al hidrógeno. Esta característica mejora la versatilidad de los catalizadores actuales de la industria energética, que a pesar de aumentar la velocidad de las reacciones actuales, sufren un desgaste de sus materiales demasiado rápido.
Este desgaste podría ser evitable gracias al catalizador de grafeno de la Universitat Jaume I, que además centra su aplicación en un modelo tan interesante como la economía del grafeno. De este modo, nuevos materiales y búsqueda de energías renovables unen sus fuerzas para lograr una alternativa sólida a los combustibles fósiles tradicionales.
Imágenes | Universitat Jaume I, Rob Hyrons (Shutterstock)
