Así como sucesos inesperados irrumpen en la cotidianidad humana y cambian para siempre nuestra perspectiva sobre las cosas (los descubrimientos científicos, Hiroshima, el Holocausto o el Nazismo, la hipercomunicación con el móvil e internet…), así la Teoría del “cisne negro” nos explica cómo a veces, solo a veces, ocurre lo imprevisible, y cómo esto nos hace evolucionar. Si en la historia nos hemos topado con distintos eventos que no esperábamos – probablemente algunos que nadie jamás se acercó ni a predecir- también en el mundo de la televisión nos enfrentamos a hitos sobre los que dudamos si se convertirán o no en la próxima “big thing” que marcará el futuro de la industria.
¿Y qué es eso del “cisne negro”? Cuando Nassim Nicholas Taleb publicó su libro en 2007 basado en una serie de acontecimientos inesperados, normalmente ignorados por sus bajas probabilidades de darse, extremos y azarosos, estaba marcando lo que muchas empresas tecnológicas llevaban años intentando justificar: la teoría de la innovación disruptiva y la imposibilidad de predecir el futuro. Si algo tienen en común todos estos acontecimientos – apenas un puñado en toda la historia- es su gran poder sorpresivo, rompedor, impactante.
Exhaustos ante la proliferación de servicios de vídeo en internet, expectantes ante la batalla entre pantallas y dispositivos, ansiosos por conocer los nuevos estrenos y producciones y, sobre todo, entregados a la incertidumbre de si el dorado puesto que hasta ahora ocupaba el contenido pasará a ser compartido con la audiencia y la distribución, y quién asumirá el reinado, si es que existe una sola silla… Esta es exactamente la situación en la que se encuentra la televisión, o el mundo del vídeo en general, y esta es la sensación tras el MipCom, uno de festivales de contenidos de entretenimiento más importantes a nivel global, que reunió a los agentes más relevantes de la industria la semana pasada en Cannes. Aquí van los cinco trending topics más debatidos:
- Realidad Aumentada y Realidad Virtual… O El efecto Pokémon Go. No cabe duda de que la VR ha llegado para quedarse, aunque todavía está en entredicho, especialmente por los elevados costes de producción, si dará el salto definitivo a la gran pantalla. Mucho más cercana y práctica se posiciona la realidad aumentada, aquella que utiliza la realidad para superponer otras, por las posibilidades de interacción que ofrece al usuario, combinado con un Smartphone.
- 4K Ultra High Definition. Podríamos seguir sumando acrónimos en finlandés… pero, al menos por el momento, no parece que este vaya a ser el nuevo “cisne negro”, a pesar de que mejora considerablemente la percepción de la imagen. Japón, embajador de honor de esta pasada edición del MipCom, mostró al resto de la industria cómo la cadena NHK ya emite su programación al completo en esta tecnología, y apuesta ya por el 8K… Pero en el resto del mundo la producción de contenidos en 4K sigue siendo anecdótica, algo necesario para acompañar a la tecnología.
- Producción original con influencers. Ante la batalla de ganar audiencia, los productores saben bien dónde encontrar hoy ese público: en las redes sociales y plataformas como YouTube. De ahí que cada vez más nos encontremos con repartos que mezclan talento tradicional y las “nuevas estrellas” del mundo digital, quienes arrastran un fenómeno fan incondicional que no solo ve, sino que comparte y amplifica los contenidos.
- Descubrimiento del contenido. Sumado a la tendencia de la producción de contenido original, muy fuerte sobre todo en Estados Unidos, se une la de la agregación: ofrecer un universo de contenidos que provienen de distintas fuentes. El reto aquí reside en facilitar la vida al usuario, que al final quiere poder acceder a cualquier tipo de contenido a través de un buscador, una ordenación y una recomendación de contenidos inteligente y personalizada. Para conseguirlo, la receta combina no solo algoritmos y experiencia de usuario, sino tener y aprovechar bien el Big Data.
- El vídeo será móvil. O, al menos, eso es lo que parece a juzgar por la atención que acapara entre los pesos pesados de la industria. Como dato curioso, tanto Ben Sherwood, Presidente del grupo Disney ABC, como Marion Edwards, Presidenta de Internacional de 20th Century Fox, hicieron foco en lo mismo: en los 4 billones de smartphones que habrá de aquí a los próximos cinco años, y un nuevo modo de crear contenidos, que nace de la mano de un nuevo consumo creado por una nueva tecnología.
Por el momento, los contenidos siguen siendo la pieza fundamental en la diferenciación de la oferta televisiva. Por lo demás, parece que la propia invención de la televisión en 1915 es la mayor innovación que la industria del entretenimiento ha vivido. La posibilidad de llegar a un público masivo a través de imagen y sonido ha tenido un enorme impacto en la sociedad, desde cómo afectó al voto en las elecciones de 1960 entre John F. Kennedy y Richard Nixon y el papel determinante que juega para la política desde entonces; la imagen – y el sentimiento de esperanza y progreso-del hombre llegando a la luna; el declive, también, con los atentados en directo del 11S; o a cómo la educación se coló en el salón de muchas de nuestras casas con “Barrio Sésamo”. Sin duda el mundo digital está transformando aquella televisión en algo nuevo… La cuestión es si será tan revolucionario como para formar parte de la pequeña lista de “cisnes negros” del futuro.