Bicicletas autónomas

Cómo las bicicletas podrían ser el próximo vehículo autónomo

Aún no ruedan los coches autónomos ni navegan los barcos autónomos, pero ya se piensa en el próximo vehículo con inteligencia: las bicicletas autónomas.

Tan solo hace unos años la idea de un coche autónomo era cosa de ciencia ficción. No se concebía que una tecnología así llegara a ser real a corto o medio plazo. Pero una vez que se ha sobrepasado esa barrera cualquier vehículo podría ser autopilotado. Así se desprende de los desarrollos que han surgido últimamente.

No resulta descabellado en absoluto hablar de barcos autónomos. De hecho, Japón se ha puesto en marcha para liderar este paso en la industria de los buques de carga. En torno a 2025 las compañías niponas esperan lanzar los primeros cargueros sin dirección humana. Hay que decir que en realidad la forma de control será más bien por remoto, en lugar de plenamente autónoma. Pero la tecnología va en esa misma línea.

Por el aire también existen ejemplos de vehículos autónomos. En el terreno de los drones ha habido importantes avances, que han derivado en aeronaves de mayor volumen, capaces de transportar personas. Parecía que los tres medios –tierra, aire y mar– estaban cubiertos hasta que se ha planteado otra vuelta de tuerca.

¿Por qué no tener bicicletas autónomas? La propuesta en este caso llega de China. Aunque no es la primera ni será la última. Hay proyectos que han trabajado en aportar un sistema de conducción autónoma a una bici antes. La novedad aquí consiste en demostrar su funcionamiento y proponer posibles aplicaciones.

Después de todo, técnicamente no es un reto de gran complejidad. La parte que requiera más trabajo podría ser el equilibrio. Sin embargo, la miniaturización de un sistema autónomo y su adaptación parten de las investigaciones en IA realizadas para otros vehículos autónomos.

La bicicleta que sigue a su dueño

La investigación china, cuyos resultados se han publicado en Nature, propone que esta bicicleta se pueda utilizar para seguir a su dueño , por ejemplo mientras este sale a correr. En todo momento puede ir donde vaya su dueño –si por algún motivo este no quisiera ir encima-.

La bicicleta también obedece a comandos de voz, para hacer que gire o para mandar que acelere la marcha. Gracias a sus sensores puede reconocer el entorno y evitar obstáculos por sí sola.

Para todo ello cuenta con un chip optimizado para la inteligencia artificial. El objetivo es que las futuras bicicletas autónomas incorporen un sistema que ocupe el mínimo espacio y peso para funcionar por sí solas.

El siguiente paso que los investigadores divisan va más allá de las bicis. Las capacidades demostradas aquí se pueden emplear para crear diferentes tipos de robots autónomos, con tareas como limpiar basura o repartir comida.

Imagen: Anton Vakulenko

Sobre el autor

RELACIONADOS

GPTs Custom

Cómo hacer GPTs Custom

Hace unos meses, OpenAI presentó una nueva función para ChatGPT, el popular chatbot de la compañía que funciona gracias a GPT-4, su modelo de...