Cómo conectar a los próximos cuatro mil millones

Quienes no están conectados a día de hoy, se están quedando rezagados respecto de la velocidad de nuestra época. Es cierto que cuando termine 2015 tendremos 3.200 millones de personas conectadas. Sin embargo, debemos enfrentar el gran desafío de conectar a los restantes cuatro mil millones, la mayoría de los cuales viven en países en vías de desarrollo.

Formar parte de la revolución digital implica un mayor incremento del PIB, más empleo y un aumento de la productividad o unos servicios públicos mejores. Esto es un hecho. Por eso la comunidad global, las empresas y las sociedades civiles deben aportar las mejores soluciones para conseguir conectar a los desconectados.

Y las telcos están a la vanguardia de estas iniciativas. La ecuación es simple. Ellas aportan la infraestructura y las personas y las cosas se pueden conectar. Pero en realidad la situación actual es mucho más compleja debido a una serie de razones diferentes.  En primer lugar, el sector de las telecomunicaciones ha pasado a formar parte del ecosistema digital en su conjunto, y la proliferación de servicios over-the-top (IPTV, VoIP, mensajería) ha reformulado nuestra forma de comunicarnos. En segundo lugar, Internet también ha evolucionado, y de hecho es completamente distinta de la que era cuando nació. Además, los proveedores de servicios over-the-top han irrumpido en el mercado con una oferta de servicios claramente diferenciados de los que en el pasado ofrecían las telcos, y al mismo tiempo los dispositivos han evolucionado rápidamente. En consecuencia, el valor de Internet está cambiando a una nueva realidad de mercado y ya no podemos tenerla en cuenta separadamente porque el mercado no sigue ese patrón. En cualquier caso, las infraestructuras y, por tanto, las inversiones, son prerrequisitos básicos para que la tecnología esté al alcance de todo el mundo.

Conectar a los desconectados es un tema candente en la agenda pública global. De hecho, las Naciones Unidas lo han incluido en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (ver post). Muchas otras instituciones están abordando esta cuestión. Esta misma semana, Carlos López Blanco, director general de Asuntos Públicos y Regulación de Telefónica, participó en la Conferencia Anual de 2015 del Instituto Internacional de Comunicaciones en Washington. Nos gustaría hacernos eco de las ideas que expresó en el debate sobre las inversiones.

Negocios desarrollo 1La inversión, como se ha mencionado, la piedra angular del éxito a la hora de conectar a los restantes 4.000 millones. De hecho, las inversiones han permitido que, en los 15 años que llevamos de siglo, hayamos pasado de los 400 millones de usuarios de Internet a los 3.200, es decir, ocho veces más. Es impresionante en qué pocos años se ha llegado a los 1.000 millones de usuarios de ciertas tecnologías de la comunicación. Para explicarlo hay que tener en cuenta que el sector de las telecomunicaciones ha llevado a cabo una enorme labor en inversiones desde 1990. La cantidad estimada que el sector de las telecomunicaciones invirtió entre 1990 y 2006 es de 536.000 millones de dólares. En los países en vías de desarrollo, la conexión se ha multiplicado por 21.

El esfuerzo de las telcos para aumentar el número de conexiones, así como su cobertura y su asequibilidad, ha sido enorme. Respecto a esto último, las telcos han hecho un gran esfuerzo para bajar y mejorar sus ofertas, mientras que otros agentes del ecosistema, como los fabricantes de dispositivos o el sector de los contenidos digitales, no han actuado de la misma manera, y lo que es peor, no se les ha requerido que lo hiciesen. En muchos casos, la oferta de precios en banda ancha no es el concepto más importante, en comparación, por ejemplo, con los dispositivos de telefonía móvil (vida útil: 2-3 años).

Dicho esto, han tenido un papel fundamental los gobiernos y la existencia de un buen marco regulatorio para permitir la expansión del mercado en la mayor parte de los países. Sin embargo, el camino de la innovación es rápido y nos obliga a realizar una nueva ronda de inversiones. De hecho, es necesario que las políticas públicas fomenten nuevas inversiones privadas en infraestructura, para ofrecer confianza y seguridad a los inversores. Y para esto es esencial un entorno regulatorio predecible y estable para las inversiones en banda ancha y un principio de igualdad de condiciones para todas las compañías del ecosistema digital.

Un último apunte sobre las inversiones tiene que ver con el espectro, que es un desafío clave. La disponibilidad del espectro para la sociedad y las comunicaciones del futuro es fundamental, y lo es también para nuestro sector, ya que define las estrategias y planes de inversión para el futuro. Es importante que, cuando las autoridades nacionales asignen el espectro, se centren en las inversiones y no en los impuestos, y animamos a las autoridades a que tengan en cuenta otros métodos para distribuir a lo largo del tiempo los costes de los derechos del espectro.

En próximos posts seguiremos hablando sobre la perspectiva de conectar a todo el mundo, abordando otros factores relevantes para cumplir este objetivo. Para terminar con esta idea, hay que destacar que Telefónica ha invertido en las Américas cerca de 114.000 millones de euros y es, por tanto, el mayor inversor privado en cualquier sector industrial. Una inversión de 7500 millones (66 % de gastos de capital y espectro) en 2014 demuestra el compromiso de Telefónica para aumentar la conexión en las Américas y que todo el mundo pueda estar conectado.

Este post fue publicado originalmente en el blog de Public Policy de Telefónica

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